Testimonio y Predicación

Esto es el post número 100 de Administración y Transportes, y será el único post que realmente le dará sentido a tener este sitio web con vida, a lo mejor más adelante escriba otros más, cuando me sienta realmente preparado, pero ciertamente ayer no me sentía preparado para escribir y hoy sí.

TESTIMONIO y PREDICACIÓN

Estos meses he estado reflexionando mucho, escudriñando la Palabra de Dios, porque yo era una oveja perdida y he vuelto al redil, después de un largo proceso, que ahora no se ve tan largo pero que en el camino fue extenuante. Voy a ir dando mi testimonio e intercalando versículos bíblicos para tratar de dar a entender esto, a fin de que otros se salven y no se pierdan como yo.

Verán, yo era chico pero consciente cuando recibí a Dios. Mi padre me enseñó desde pequeño la Palabra, pero estas cosas no se aprenden con la mente sino con el corazón, por lo cual, solamente cuando crecí pude buscar esto con autonomía, por iniciativa propia. En clases de religión, mientras algunos pensaban que era una clase para entretenerse, yo meditaba en las películas que veíamos, la oración y los versículos bíblicos que ahí aparecían, porque era consciente (pese a no tener iglesia) de que esto sí era importante. Por cierto, mis clases las hacía un pastor, bendiciones para él.

A mis 15 años, buscaba la sabiduría, también a Dios y a Jesús, pero me faltaba madurez para entender algunas cosas. Porque el mundo te ofrece todo lo que quieras para desviarte, lo tengo grabado en el corazón debido a que mi primera y única predicación en público la hice sobre eso, sobre las tentaciones.

«Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra (a Jesús). Y le dijo: «A ti te daré esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos» Lucas 4:5-6

Este mundo no es de Dios, es de Satanás. Esto es súper importante de entender, porque estamos en un conflicto permanente, si servimos a Dios. Hay muchos versículos que se intercalan a esto, me parece que queda muy claro cuando nos vamos a ver el caso de servir a dos señores.

«Nadie puede servir a dos señores, porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas» Mateo 6:24

La elección es una, o eliges servir a Dios o a las riquezas. Las personas ignorantes creen que elegir servir a Dios es vivir una vida de paz, de armonía, de ir a una iglesia y cantar, pero ¡NO! Es una guerra, es una guerra permanente. Eso es lo que es. Tampoco basta con que vayas una vez a orar, o que vayas a una iglesia por todos los días de tu vida, o lo que se te ocurra. Debes tener disciplina y debes tener amor.

Oseas, uno de los profetas del Antiguo Testamento, en el capítulo 4 (leer completo) habla de la controversia que tiene Jehová con su pueblo, con Israel, porque Israel es como nosotros. Si leen la Biblia, leerán que hay una constante en Israel: es fiel a Dios, se siente seguro en su prosperidad y se entrega a dioses paganos (o derechamente no tiene prosperidad, pero todo se pervierte), Dios lo castiga y después el pueblo vuelve a ser fiel, Dios lo perdona y vuelve a empezar todo de nuevo por generaciones y generaciones (y cualquier punto de esa rueda puede ser el primero). Cambien el nombre de «Israel» (que significa «El que lucha con Dios» o «Dios lucha» en Génesis 32:28) por el suyo, ah, les calza, ¿no?

«Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos. Conforme a su grandeza, así pecaron contra mí; también yo cambiaré su honra en afrenta» Oseas 4:6-7

Yo les decía, en mi humilde experiencia y por las faltas que he cometido, que es necesaria la disciplina, una disciplina bien entendida. Esta disciplina no se trata de ir a calentar el asiento a una iglesia sagradamente, no es cumplir ritos ni hacer las cosas de forma mecánica, no es una disciplina militar o como la entendemos nosotros. Se trata de buscar siempre a Dios con el corazón por sobre todas las cosas, por extensión, también se trata de buscar el conocimiento, crecer espiritualmente. ¿Recuerdan la parábola del sembrador que dijo Jesús?

«Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno» Mateo 13:3-8

El sembrador es Dios, y las semillas somos nosotros. Hay una sola diferencia, entre nosotros y las semillas y es que ellas son pasivas, nosotros no. No podemos elegir dónde caemos, pero sí podemos alimentarnos, para que no nos hallen sin raíz o para que no nos ahoguen los espinos. Porque decía que ser siervo de Dios es asistir a una guerra, y es cierto, Satanás nos hace la guerra.

«El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo (Jesús) he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia» Juan 10:10

Él nos quiere muertos, si nosotros estamos con Dios, no nos puede tocar y le estamos arrebatando ovejas. Ahora, el mundo es de Satanás y va a tratar de ocupar todo lo que tiene en su arsenal para que te desvíes. En Romanos 8, al cual volveremos más adelante, hay un versículo famoso y otro menos famoso.

«¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero» Romanos 8:35-36.

Hay que pensar que Satanás es un enemigo fuerte, pero débil ante Dios (porque, entre otras cosas, no es omnipotente ni omnipresente). Es fuerte porque no lo debemos subestimar, tiene muchas armas a disposición y es muy astuto. Salvo contadas ocasiones, esta guerra no se manifiesta de forma directa, sino que sin darte cuenta va buscándote flancos débiles hasta que encuentra uno, te va apartando lentamente de Dios, de un modo imperceptible y sólo te das cuenta cuando ya es tarde. O bien, sabe que tienes una debilidad y la explota contra ti, porque por ese flanco no eres capaz de luchar con él. Él quiere que te alejes de Dios, porque así morirás.

Jesús habla del infierno, se refiere a quienes hacen pecar a sus ovejas y refiere parábolas respecto a los miembros del cuerpo que pueden hacerte pecar, y que los saques de ti, para que entres al Reino de los Cielos y no te pierdas. Aclaro que esta palabra todavía me es velada, pero en este caso la expongo porque caracteriza el dolor del infierno.

«Y si tu ojo te hace pecar, sácatelo. Más te vale entrar tuerto al reino de Dios, que ser arrojado con los dos ojos al infierno, donde «su gusano no muere y el fuego no se apaga». La sal con que todos serán sazonados es el fuego. La sal es buena, pero si deja de ser salada, ¿cómo le pueden volver a dar sabor? Que no falte la sal entre ustedes, para que puedan vivir en paz unos con otros» Marcos 9:47-50

El infierno es horroroso porque es una muerte en vida, ustedes mueren aquí, pero viven ahí, en el infierno, y no es que los vayan a tener ahí encerrados en jaulitas sin hacerles nada (que ya es malo) ¡no! Los van a torturar de por vida hasta que cierto día suceda y se mueran. Sí, dice que el gusano (que atormenta) no muere, y que el fuego (que quema) no se apaga, les va a doler todo hasta el día del Juicio Final. ¿Cuál es el sentido de quedarse en el bando perdedor si pueden ganar?

«Así que, no los temáis; porque nada hay encubierto, que no haya de ser manifestado; ni oculto, que no haya de saberse. Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas. Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno» Mateo 10:26-28

Aquí comienza el punto de inflexión, porque es necesario entender todas estas cosas primero para poder ver un poco más allá sobre la sabiduría. Satanás gobierna el mundo y dispone de todo, absolutamente todo, para desviarnos. Este mundo no es de nosotros, sino de él. Por eso, el propósito de nuestras vidas se puede revelar a través de la búsqueda de la sabiduría.

Hay una predicación genial, una obra maravillosa del Espíritu Santo quien usó a Esteban Bohr para predicar acerca de Salomón y logró hacer calzar en mí un rompecabezas que llevaba años sin poder resolver. Porque yo les decía, recibí a Dios no sólo en bautismo, sino que recibí el Espíritu Santo, el cual se manifestó en mí no a través de lenguas, ni cosas muy extraordinarias hacia afuera, sino que tenía una paz única y maravillosa, sentía como mis pies flotaban, meditaba todo en la sabiduría y el conocimiento de Dios, era algo maravilloso, realmente indescriptible, las palabras quedan cortas para esa paz.

«Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras, y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. Os he dicho todas estas cosas estando con vosotros.

Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas esas cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo» Juan 14:23-27

Para el mundo, la paz se define teóricamente como ausencia de guerra (se pueden agregar otras cosas más, pero mi propósito aquí no es hacer un tratado filosófico). Pero esta paz es distinta, es una paz interior dentro de un estado de guerra, porque Satanás te hace la guerra. Mientras tú estés cerca de Dios, Satanás no podrá tocar tu alma. ¿Y el cuerpo? El cuerpo sí puede, es cosa de ver a Job, quien fue tentado.

«Aconteció que otro día vinieron los hijos de Dios para presentarse delante de Jehová, y Satanás vino también entre ellos presentándose delante de Jehová. Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondió Satanás a Jehová, y dijo: De rodear la tierra, y de andar por ella.

Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa?

Respondiendo Satanás, dijo a Jehová: Piel por piel, todo lo que el hombre tiene dará por su vida. Pero extiende ahora tu mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia. Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida. Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza.» Job 2:1-7

La historia de Job es terrible, muy terrible porque pierde todo: su salud, su familia, sus hijos, sus bienes, pero después Dios lo restaura por su fidelidad. El punto de ponerlo aquí corresponde a dos significados: (1) decir que Satanás sí puede tocarte, así que sé responsable y pelea con astucia, empapándote de santidad y (2) tú no debes maldecir o culpar a Dios por las cosas que te ocurren, sé que cuesta mucho, ¡mucho! Cada uno conoce sus cargas, sus heridas y sus dolores, pero a medida que lean se entenderá el porqué.

Estos años han sido complicados para mí, porque por distintos motivos, los cuales desconozco y algunos atribuyo a mis faltas, como también otros los atribuyo a planes de Dios, yo perdí ese gozo. ¿Saben? Yo nunca le vi el dolor a una pena de ostracismo o de exilio, soy una persona solitaria, así que ser expulsado de una comunidad humana no me suena muy feo ni terrible. Pero, ¡ay del dolor de sentirse lejos de Dios! ¡Ay de ese dolor! ¡Ay de ese dolor de querer sentir su Espíritu y no poder! ¡Ay de ese dolor de querer encontrar una puerta y no hallarla!

Voy a usar una metáfora de filosofía para que comprendan un poco el dolor, para que lo entiendan. ¿Recuerdan el mito de la caverna de Platón? Si no lo conocen, es muy simple. Él decía que los seres humanos estábamos encerrados en una cueva, con nuestros sentidos nublados, veíamos pero no veíamos, oíamos pero no oíamos, y entonces alguien pudo desatarse, conocer el exterior y comprobar que había luz. Pero cuando ese humano volvía a la caverna a decirle a sus compañeros lo que había visto, lo tomaban por loco y lo mataban en su ignorancia. Sé que es filosofía humana, pero es lo que le ha ocurrido a los profetas, a Jesús y lo que explica el dolor de Salomón en Eclesiastés.

«En vano he azotado a vuestros hijos: no han recibido corrección. Vuestra espada devoró a vuestros profetas como león destrozador. ¡Oh generación! Atended vosotros a la palabra de Jehová. ¿He sido yo un desierto para Israel, o tierra de tinieblas? ¿Por qué ha dicho mi pueblo: Somos libres; nunca más vendremos a ti?» Jeremías 2:30

El ser humano no entiende, y repite el mismo ciclo una y otra vez. Mi dolor era porque es imposible conocer la luz y ser feliz en las sombras. Ahí entendí (y debió ser peor) el dolor de Adán cuando sale del Jardín del Edén (¿y por qué tiene que irse de ahí? Porque Satanás lo tentó, para que muriese. Génesis 3)

«Entonces dijo la serpiente a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día en que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal» Génesis 3:4-5

Satanás no es tonto, es cierto que la mujer no iba a morir físicamente en ese instante, pero al alejarse de Dios y hacer el mal (que en ese momento, no sabía que era el mal), iba a pecar, y el pecado es muerte de alma. Si uno se fija en el capítulo 3 de Génesis, más adelante aparece un resumen de nuestra vida terrenal.

«Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.» Génesis 3:19

¿Les recuerda a algo? Oh, sí, ¡a nuestras vidas! Es muy raro que yo me ponga a hablar de sabiduría divina y no parta por Proverbios, pero dado el camino que me tocó llevar, he tenido que hacerlo de ese modo para dejarles mi testimonio, aunque ciertamente quien quiera conocer más acerca de Dios debería partir por Proverbios.

«Yo, el Predicador, fui rey sobre Israel en Jerusalén. Me entregué de corazón a inquirir y a buscar con sabiduría sobre todo lo que se hace debajo del cielo; este penoso trabajo dio Dios a los hijos de los hombres para que se ocupen en él. Miré todas las obras que se hacen debajo del sol, y vi que todo ello es vanidad y aflicción de espíritu.

Lo torcido no se puede enderezar,
y con lo incompleto no puede contarse.

Hablé yo en mi corazón, diciendo: «He aquí, yo me he engrandecido, y he crecido en sabiduría más que todos mis predecesores en Jerusalén, y mi corazón ha percibido mucha sabiduría y ciencia.» De corazón me dediqué a conocer la sabiduría, y también a entender las locuras y los desvaríos. Y supe que aun esto era aflicción de espíritu, pues

en la mucha sabiduría hay mucho sufrimiento;
y quien añade ciencia, añade dolor.» Eclesiastés 1:12-16

Para mí queda claro, pero puede que para ustedes no, así que se los haré entender con lo que me pasó. El libro de Eclesiastés lo hace Salomón, una vez que es viejo y después de hacer apostasía (para quien no entienda, dejó de amar a Dios y amó a otros dioses paganos). Esta era la pieza que me faltaba para entender mi proceso, lo cual es el motivo por el que estoy escribiendo este testimonio, con mucho dolor en el camino pero con gozo para ustedes, ¡porque es para ustedes!

Salomón fue un rey extremadamente sabio que se perdió, yo les recomiendo encarecidamente que después de leer este testimonio completo, pongan el video de esa predicación que les dije. Yo también tuve una cuota de sabiduría y me perdí, yo digo que me perdí porque me faltó conocimiento, pues me puse a juzgar a otras personas y eso no se debe hacer.

¡Sí! Porque entre tanto iba leyendo e iba conociendo la Palabra de Dios, veía esas tendencias que te decía, que Israel era fiel, pero se contaminaba y pecaba, y Dios oprimía a Israel para que dejara de pecar pero era peor, hasta que llegaba un justo que volvía a dar una esperanza en esta humanidad, pero todo se sucedía de nuevo, y había diluvio (Génesis 7), había Sodoma y Gomorra (Génesis 19), había dominación babilónica (2 Reyes 24), ¡todo y mucho más! Les/nos mandaron a Jesús y todo sigue igual (pero todo sigue igual, entre otras cosas, porque los seres humanos tienen distintas generaciones y Satanás es el mismo siempre, así que nosotros venimos como ovejas ignorantes sin saber que somos posibles presas de un lobo).

«No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida que medís, os será medido. ¿Y para qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano? No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y se os despedacen» Mateo 7:1-6

Yo juzgué, yo me enojaba por el pecado que había en el mundo. ¡Sí! Cuando tú estás con Dios y con el Espíritu Santo, aborreces el mal y el pecado, lo detestas y lo condenas. Pero, yo erré en juzgar y decir que eran los seres humanos quienes eran culpables. Me veía en un sueño ideal, siendo juez y viendo cuál era digno y cuál no. Ése es uno de los peligros de saber el bien y el mal, con el cual Satanás también quiere engañarnos para muerte. Vámonos otra vez a Génesis 3.

«Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre» Génesis 3:22

¡Este versículo sale poquito! ¿Recuerdan la búsqueda de los seres humanos en la Edad Media? La piedra filosofal, los alquimistas, la fuente de la juventud, etc. ¿Qué le dijo Satanás a Eva? «seréis como Dios«, ¿qué le ofreció Satanás a Jesús? «A ti te daré esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy«. Para que alguien te tiente, debes querer algo que no tienes, el ser humano no tiene poder (sobre sí mismo).

Déjame decirte un poco del dolor que se sufre, cuando tienes conocimiento y tienes sabiduría, para terminar de explicar lo de Eclesiastés (ciertamente no debería ser impedimento para que ustedes busquen la sabiduría y el conocimiento). Cuando conoces al Espíritu Santo y conoces su paz, es como una perla. Dios describió su reino como una perla y para mí es eso, ¡es lo más hermoso que hay!

«También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.» Mateo 13:45-46

Jesús no dejó una parábola, sino muchas para que todos pudiéramos sentirnos identificados con al menos alguna de ellas. En la Tierra, las cosas son vanas. Puedes tener muchas riquezas, puedes disfrutar de muchos placeres (sexo, gula, etc), puedes envanecerte con el trabajo, puedes apegarte a relaciones buenas y malas, hombres/mujeres del mundo, puedes incluso estar turbado y perdido con prácticas que te hacen daño (drogas, alcohol, tabaco).

¡Da lo mismo lo que hagas en la Tierra (en cierto sentido)! Piensa en esto, cuando te mueras, ¿vas a importar algo de lo que hiciste acá abajo? Me refiero «importar», traer, ¿te vas a llevar tu auto?, ¿vas a morir y vas a estar pensando en ese examen que tenías que dar mañana?, ¿vas a morir y cuando veas tu cuerpo te vas a recordar que se te olvidó planchar, lavar y ordenar tu casa?, ¿vas a morir y te vas a llevar una garrafa de vino contigo?, ¿vas a morir y te vas a llevar a tu compañera, a tu mujer contigo? No, todo lo que tengas acá abajo, se queda acá abajo, por ende, en cierta medida es inútil. Por eso llora Salomón en su apostasía, porque no le ve sentido a la vida, todo es vanidad, ¡todo es pasajero!

«¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana? Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él. Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.» Eclesiastés 3:9-11

Jesús también advierte sobre nuestras preocupaciones, porque podemos servir a Dios o a este mundo y podemos ocuparnos de las preocupaciones de Dios y las preocupaciones de este mundo. En una sección de Mateo 6, dice «De nada sirve preocuparse» y tiene que ver con esto.

«Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis?

Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?

No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.» Mateo 6:25-34

Para el hombre sabio, que no tiene a Dios en su corazón y que no tiene al Espíritu Santo consigo, todo es tristeza, por cuanto comprende parte de lo que es la vida y no le encuentra sentido, ve que todo se repite una y otra y otra vez, que el mundo es injusto, que no vale la pena hacer el bien, en fin, casi todas las reflexiones de Eclesiastés refieren a esto (por eso este libro es poco comprendido también).

En lo personal, hay un principio que queda muy establecido: «Dios permanece, pero el ser humano no«. Porque las personas pasan por tu vida, pero no se quedan y algunas personas a las que tú amaste, se van por otros caminos y se pierden, o tú mismo te pierdes si no andas con cuidado. El tema está en que muchos se quedan pegados en el conocimiento, pero tener sabiduría y no tener a Dios en tu corazón es tan inútil como ser docto en ciencias y cosas de hombres, ¿ninguno de ustedes en clase escuchó risas por las teorías de los antiguos? ¿vale la pena dedicar tu vida a la ciencia cuando cambian los paradigmas cada 40-50 años y todas las investigaciones que hiciste quedan desechadas junto con ello? Duele, duele sentirse lejos de Dios.

«Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.» 1 Corintios 13:2

El conocimiento es poder. Cuando Satanás tentó a Eva, le ofreció poder, pero para variar miente, no sólo miente cuando dice que seremos como dioses, pues aunque sepamos todo, igual no seremos Dios porque nada seremos sin el amor de Dios. Miente también cuando dice que no moriremos, cuando nos da la opción de conocer entre el bien y el mal, aunque sepamos todo, la Palabra dice «no tengo amor, nada soy», ese «nada soy» reemplácelo por «no tengo vida» o «estoy muerto«, ¡sí! Puedes saberlo todo y morirás igual. ¿Pero no que al pueblo le faltó conocimiento y por eso murió?

«El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.» 1 Corintios 13:8-10

He aquí la clave, que afortunadamente Salomón también logró aplicarla a tiempo (ver Eclesiastés 12, cuando resume todo). La única forma de ser salvo no es por conocimiento, es cierto que tú tienes que tener una disciplina, me refiero a que ores, que leas la Palabra, que reflexiones, que compartas ojalá con otras personas que sean creyentes, que prediques, pero puedes hacer todo (acciones) y quizás no ser salvo. ¿Te lo dejo claro?

«Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración. Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados.» 1 Pedro 4:7-8

«Y: Si el justo con dificultad se salva, ¿En dónde aparecerá el impío y el pecador?» 1 Pedro 4:18

El amor, ese amor del que Satanás ha puesto tantas mentiras no es el de los romances, ni el de los matrimonios que después se separan, ni es un amor humano, porque el ser humano tiene la ley del Talión, ojo por ojo, amo porque me amas, dar-recibir. ¿Recuerdan que mencioné la paz del Señor? Esa paz no es ausencia de guerra, es abundancia de su amor. ¿Verán abundancia de amor entre dos naciones? ¿Verán abundancia de amor entre dos pueblos? ¿Verán abundancia de amor entre vecinos? ¿Verán abundancia de amor entre hermanos?

«El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.» 1 Corintios 13:4-7

Se lee en los matrimonios, pero es una ley de vida y debes grabártela en el corazón, incluso antes que la sabiduría. Hay una exhortación a buscar la sabiduría, pero hay un mandamiento a amar a Dios y al prójimo.

«Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.» 1 Juan 4:7-8

Aquí hago el nexo con la sabiduría, por fin tomaré un poco de Proverbios, porque es hora de alumbrar la esperanza que tienen las ovejas perdidas, sobre todo aquellas que se perdieron como yo por saber mucho más de lo que quizás debían (o para cumplir propósitos, pues ciertamente aunque han pasado 7 años, sé que todo lo que Dios me pone en la vida es para bendecir).

«Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las razones de mi boca» Proverbios 4:5

¿No les resuena «las razones de mi boca»? Sus mandamientos, ¿y cuáles son sus mandamientos? ¿Qué es lo que Dios pide de ti? ¿Qué es lo que Jesús vino a decir?

«Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.» Juan 13:34

Jesús no vino a abolir la ley, ¡no! La ley dice que también debes amar a Dios ante todas las cosas y no adorarás a otros dioses, junto con otros mandamientos más (no matarás, no robarás, etc).

«No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos» Mateo 5:17-20

Esto no lo manejaré yo, porque ciertamente siempre existe la tentación de añadir la cosecha propia, pero esto no tiene porqué ser así, mi idea es que sean luz. Hay muchos versículos que quedan en el tintero, ¡muchos! Pero no tiene sentido que se enreden más, ya es suficientemente complicado comprender todo esto.

La última tentación que Satanás le hizo a Jesús tiene que ver con el temor de Dios.

«Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo; porque escrito está: «A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden; y, En las manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra» Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios. Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo.» Lucas 4:9-13

Si quieres ser salvo, debes amar a Dios y aceptar a Jesús, realizar estas acciones tienen que ver con el temor de Dios, que casualmente es la llave de la sabiduría y el conocimiento. Si una persona necia, se pusiera a conocer todas estas cosas, ciertamente moriría. Pero si amas a Dios, sabes que por mucho que te esfuerces, siempre serás un pecador, por ende, no puedes sentir orgullo y comprendes que no tienes poder de nada, eso es ser inteligente, porque Satanás te va a tentar siempre de dos maneras: con poder y con orgullo (juicio). Si tienes amor de Dios en tu corazón y te cuidas de ser humilde, no caerás.

«El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia.» Proverbios 9:10

«Mas cuando fueres convidado, ve y siéntate en el último lugar, para que cuando venga el que te convidó, te diga: Amigo, sube más arriba; entonces tendrás gloria delante de los que se sientan contigo a la mesa. Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido.» Lucas 14:10-11

Finalmente, ¡después de 7 años! He recibido aire espiritual, ¡por fin! Ha pasado tanto tiempo, ¿saben cómo fue? Me puse a orar, en lo secreto, en uno de mis viajes, estando solo. Leía la Biblia y sacaba las cuentas, «llevo 7 años lejos de ti, ¡no puedo pensar en pasar otro año más sin ti!«, así que oré y oré, y si bien es cierto, de a poco fueron alimentando mi espíritu y comprendía cosas que había dejado de comprender (porque sí, la visión se puede nublar y estas cosas vuelven a estar veladas para ti), sólo cuando me humillé, lloré y reconocí que en realidad, pese a haber sabido mucho, seguía pecando, recién ahí, me fue devuelto el gozo (o es, dentro de mi limitada forma, lo que he podido comprender).

Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.” Romanos 16:17

Tengan cuidado, mucho cuidado, porque no todos los espíritus son de Dios. DEBEN confesar que Jesús es el Salvador, no es un filósofo, no es un profeta no más, no es un personaje de la historia, es EL Salvador y vino como Hijo de Dios, NO se dejen engañar.

«Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.» 1 Juan 4:1-3

¡Pidan fe! Pidan sabiduría, pidan discernimiento, pidan cosas para la gloria de Dios y su servicio, no para ustedes.

Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. ¡¡Oh almas adúlteras!! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.” Santiago 4:3-4

¿Y por qué me pongo a hablar de esto entonces? Aquí, en un espacio personal y que tiene que ver con otras cosas, porque es simple, hay cosas más importantes que merecen máxima atención, entre ellas, Dios.

Y cuanto más sabio fue el Predicador, tanto más enseñó sabiduría al pueblo; e hizo escuchar, e hizo escudriñar, y compuso muchos proverbios. Procuró el Predicador hallar palabras agradables, y escribir rectamente palabras de verdad.

Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados son las de los maestros de las congregaciones, dadas por un Pastor. Ahora, hijo mío, a más de esto, sé amonestado. No hay fin de hacer muchos libros; y el mucho estudio es fatiga de la carne.

El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.” Eclesiastés 12:9-14

No juzguen, amen, tengan piedad, oren, manténganse firmes en la fe, sean santos, resistan al diablo, no se jacten ni sean vanidosos, no se preocupen por las cosas de este mundo, sirvan a Dios.

Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.” Mateo 9:13

Gracias Dios, por poder dar testimonio, por poder ser instrumento y por restituirme en su redil, su última ovejita, no porque vaya a ser el último que se salve pues ustedes se tienen que salvar también, sino porque soy la más chiquita y la que menos merece estar ahí. Gracias a Jesús por perdonarme.

«Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá» Juan 11:25

 

Escritor y Blogger de Transportes
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2 pensamientos en “Testimonio y Predicación

  1. Dios te bendiga, Ariel. He visto tus viajes y relatos acerca de ellos en Youtube. Son muy bonitos los paisajes, en especial los del sur de nuestro país, que en lo personal me encantan. Me alegra mucho cuando te acuerdas de Dios en tus comentarios.
    P.S. Cuando lleguen los nuevos trenes chinos (dicen que para fines de este año), sería interesante un recorrido en ellos. También un viaje hacia Melipeuco en Nar Bus también sería espectacular.

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