Nos vamos a ahorrar la cháchara de lo importante, simbólico y la maravilla que significa el Desierto Florido (junto con los lugares donde se puede ver en detalle) porque lo he repetido en el viaje que hice en Atacama Vip mirando esto desde la ruta y en la Parte 1 de este post.
Como les dije antes, la ruta roja corresponde a lo que vieron en la primera parte. Ahora ustedes me acompañarán a hacer lo que está en verde, desde el punto 4 al punto 8. A modo de contextualización, vuelvo a recordarles que este paseo se hizo a principios de octubre entre La Serena y el pueblo de Los Choros, dentro de la Región de Coquimbo. Lugar que normalmente no se publicita como desierto florido, pero donde se pueden ver muchas flores que corresponden con este desierto. El cánon es verlo en Atacama mismo.
Ya, les decía que íbamos de camino a la Mina El Tofo. Yo recuerdo haber escuchado alguna vez en un bus, hablar a un viejito sobre esta mina (no es que me lo dijera directamente, pero lo iba escuchando y le prestaba atención). Ésta fue una de las minas más grandes de hierro que hubo en la región, la cual se sigue explotando pero en un volumen muchísimo menor que antaño. Existía una vía férrea que transportaba el mineral desde la mina a Chungungo, la cual ya no se usa. Nunca pensé que estaría en las cercanías de esa mítica mina (como lo contaba ese abuelo le daba ese carácter).
Yo no tenía idea de estos caminos, nosotros seguíamos subiendo y subiendo por las montañas de la Cordillera de la Costa, a tal punto que en un momento se nos cruzó un halcón peregrino (falco peregrinus cassini), que ganas de haber podido tomarle una foto, pero no pude… ya verlo es mucho. Me acordaba de estas aves cuando buceaba en Isla de Pascua y me zumbaban los oídos al bajar, ¡ven que estas majestuosas aves cazan en picada bajando a más de 200 km/h!
04 – Cordillera de la Costa (400 msnm)
Yo iba maravillado mirando las nubes orográficas (nubes que se forman cuando las masas de agua y viento chocan contra una montaña y deben subirla) cuando Jorge se detiene ahí, para que veamos unas flores. Yo casi me derrito jajajaja, ¡podré fotografiar estas nubes desde acá mismo y no desde un vehículo! Wujuuuuuuuuuuuuuuuuuuu 🙂
Mirando en Wikimapia y trazando la ubicación donde debimos estar, puedo comentar que estábamos a poco más de 400 metros sobre el nivel del mar (abreviado: msnm). Lo que se ve acá difiere ligeramente de lo que vimos anteriormente, arriba ustedes pueden ver un calabacín. No sé si será el mismo que comemos (y que le decimos zapallo italiano). Es eso que se ve como enredadera.
Recordarán a nuestras amigas senecios, esas amarillitas donde me tomé una foto con la pradera, sí, esas. Bien, son las mismas que también andan por acá.
Y acá vemos estos suspiros de mar, los mismos de antes pero me parece que tienen una coloración mucho más intensa y viva. A lo mejor será porque acá es más húmedo y deben filtrar más agua.
Ahora viene lo nuevo, esta flor se llama cebolleta o huilli (Leucocoryne appendiculata). En inglés, estas flores se llaman «gloria del sol» (glory of the sun). Hay varias especies de estas cebolletas en Chile, son bonitas.
En este mismo lugar encontramos la flor palo de yegua, palo falso o chilco del norte (fucshia lycioides). Al igual que varias flores que vimos en la edición anterior, estas bellas plantas se distribuyen entre Atacama y Valparaíso, cerca del mar. Como bien dice uno de sus nombres, son parecidos a las chilcas que hay en el sur. Me parece que son flores muy lindas ambas.
Esto no tengo idea de qué es, pero me llamó mucho la atención por ese color entre café y gris, como que no sé sabe si es así o está muerto jajaja. Sé que este blog y lo que hago trata mucho sobre transportes, pero trato de darle cabida a otros temas que me gustan también, me gusta que sea un espacio amplio e integral.
Recuerdo que cuando chico tenía un álbum muy bonito llamado Las Bellezas de Chile, que era como una mini enciclopedia del país jajaja. Tenía como 7 años y ya iba aprendiendo un montón de cosas que aplico todavía. Yo lo tengo completo y dado que no he visto ni una publicación que citar para mostrarlo (solo veo artículos de venta), me daré el tiempo de hacer un post de él 😉
Esto es un liquen barba de viejo (usnea barbata). Los liquenes son como los héroes anónimos, pues siempre ustedes verán muchas fotos de plantas y tremendas fotos de flores, pero de los liquenes no se sabe mucho y no se los pesca mucho. Estas especies son el fruto de una simbiosis (en español: dos organismos que se unen y se coordinan mutuamente para beneficiarse) entre un hongo y un alga o una bacteria o algún organismo que haga fotosíntesis. Sí, no son plantas.
Este liquen se adhiere a la rama de los árboles y no los daña, sino que le da una mayor diversidad de especies a los bosques, se está investigando su uso como indicador de calidad de aire (pues son extremadamente sensibles a contaminantes como el dióxido de azufre, por eso será imposible verlos en centrales termoeléctricas) y pueden ser usados como antibióticos, incluso se pueden comer jajaja.
Volviendo al reino vegetal, vemos una alcaparra (Senna cumingii). Estas flores se encuentran entre Atacama y Coquimbo, que es justamente la región donde nos estamos moviendo. Me parece que son unas flores muy lindas.
Esto ya es el panorama general desde los cerros, con la nube siempre presente sobre nuestras cabezas. Hacía un poco de frío en este lugar y, claro, es natural. Esas nubes van atrayendo consigo mucha humedad. No creo que les vaya a contar pronto ese viaje, así que se los comento de inmediato, pero en Uruguay estuve dentro de una nube cuando subí la cruz del Cerro Pan de Azúcar. ¡Hacía un frío que ni te digo y yo con polera! Si no me creen, les dejo una foto (hagan clic). Es como cuando sales con niebla de tu casa.
Acá ven a Anita radiante y todo el resto de flores y plantitas que teníamos a nuestro haber en el cerro. Dejo la foto porque se nota que somos pequeñitos ante la imponente geografía.
En el mismo lugar, vemos también unas pelotitas rojas en las cactáceas, esos son muérdagos o quintrales (tristerix aphyllus). Son especies parásitas de los quiscos. Las flores rojas que componen estos muérdagos se abren entre marzo y agosto. Como parásito, lo que hace es robarle agua a estos cactus. Como si ya la vida de un cactus no fuese lo suficientemente difícil con el agua, che.
05 – Cordillera de la Costa (500 msnm)
Ya al otro lado de la Cordillera de la Costa, en los cerros más cercanos al valle, este es el panorama. Acá se aprecia claramente como las nubes (en realidad las masas de aire) van rebasando la montaña y la nube desaparece al hacerlo. Cotejando en el mapa para ver dónde estábamos, la altitud ronda los 480 metros sobre el nivel del mar.
Otra fotografía aún más clara de las nubes orográficas. Si se fijan, estas laderas menos expuestas a la humedad también son mucho más secas. Estos colores terrosos como de arena son el paisaje normal de estos cerros y de esta zona cuando no llueve en todo el año (o sea, casi siempre).
Acá los y las valientes bajaron para ir a ver más especies de flores. Yo me quedé arriba y ocupé el zoom jajajaja.
Y vaya que sirvió, porque capté en pleno estos hermosos lirios que ya conocen, las alstroemeria philippi. Son una belleza con su combinación de morado, amarillo y rojo, una flor hermosa.
Esta especie no la habíamos visto, son unas flores llamadas relicario o soldadito rojo (tropaleum tricolor). Son flores nativas de gran distribución en Chile, estando tanto en el norte (Atacama) como en el sur (Los Lagos), en realidad más que flores son plantas trepadoras jajajaja. ¡Realmente muy lindas! A lo mejor desde mi ángulo no se aprecian tanto, pero en estas fotos se ven bien.
Pensaba no poner esta cactácea, pero vamos que es lo que más hay en estos cerros, merece su lugar aquí 🙂
A su vez, donde estábamos nosotros teníamos todas estas flores en la ladera del cerro. ¡Realmente estaba lleno de vida!
Mucho menos abundante que antes, pude ver un ejemplar de añañuca de fuego acá también, ¡bellísimo!
Esta era la vista que teníamos desde un camino donde Jorge se estacionó. Se ve en el fondo la amplia Cordillera de la Costa. Me encanta que en Chile tengamos tanta diversidad de paisajes y de relieve, pues además de las montañas podemos disfrutar de la playa y de los valles, con las bondades de cada uno 🙂
Aquí ya vamos de camino al siguiente punto, lo que se ve en el fondo es la Mina El Tofo de la que les hablé en el comienzo.
06 – Quebrada de Los Choros (1)
Nos fuimos hasta un sector de la hermosa Quebrada de Los Choros. Sé que para algunas personas sureñas debe ser fome ver tan poco verde y que me emocione por ello, pero esta quebrada tiene su parte mística como diría alguien por ahí jajaja. Antiguamente era un río grande. ¿Y qué pasó con él? Pues se hundió a causa de un gran terremoto, así que actualmente corre por debajo como río subterráneo a unos metros de donde estamos parados.
Y cómo no va a ser genial esta quebrada si pudimos encontrar estas añañucas naranjas (Rhodophialia advena). Son algo raras de ver, en todo el paseo nosotros vimos solamente este ejemplar, el cual también forma parte del desierto florido.
Y al ladito de ella, había una añañuca amarilla (Rhodophialia bagnoldii), de la cual también vimos solo este ejemplar.
Aquí tiene su foto en solitario esta bella añañuca. Si me preguntan, me quedo con la roja de todas maneras jajaja, transmite mucha pasión y fuerza, no obstante, no dejan de ser bellas en estos tonos 🙂
Cerca de los amancay, encontramos este azulillo (Pasithea coerulea). Son unas flores azules o violetas muy lindas y chicas, pocas veces he podido verlas abiertas (ésta es una de esas veces), siempre las veo en la precordillera de Santiago.
Aquí otra vez la añañuca naranja en medio de la arena 🙂
Otra vez vamos con las plantas suculentas que surten de agua a los animalillos que se atreven a vivir aquí.
Hablando de animales, Dominique con su aguda vista pudo ver una oruga en una de estas plantas. ¡Fíjense la hermosura del momento! Quizás en qué cosa se convertirá después esa bella oruga 🙂
07 – Restaurant Los Troncos en Los Choros
Bueno, hemos visto muchas flores y hartas cosas muy lindas, pero como buenos seres humanos, de repente nos suena la tripa y debemos comer. El tour contemplaba el almuerzo en un restaurant del pueblo de Los Choros, así que nos fuimos a comer allá. A decir verdad, debo decir que todo estaba exquisito.
Sólo le tomé foto al plato (reineta a la plancha con arroz), pero nos dimos un gran banquete. La entrada era de empanada de queso (podía ser queso-camarón también), el plato que están viendo, un montón de ensaladas (tomate, palta, lechuga, papas con mayonesa, habas, betarraga y más), la posibilidad de aliñar con aceite de oliva propio de la zona (Los Choros y este valle está especializado en aceitunas y estos aceites) y… por si fuera de poco, de postre me dieron helado de chirimoya alegre (yo sin saber que sabor iban a traer). ¡Fue tan rico y emocionante ver mi helado favorito ahí!
En la sobremesa conversamos de varias cosas, en general no me gusta reproducir las conversaciones que tengo con las personas porque siento que estoy violando la intimidad de las mismas, pero en este caso, al menos uno de los tópicos vale la pena que lo mencione acá jajaja, pues Dominique (uno de los turistas franceses) es el papá de un integrante del grupo francés Celkilt, ellos tocan música rock celta usando instrumentos como la gaita y el violín. Realmente me pareció un grupo bien simpático, así que les paso el dato por si quieren escucharlos jajaja.
En otra de las menciones que hubo durante el paseo, nos contaba Jorge que un turista anglosajón también manejaba un blog donde tenía una jirafa de peluche que iba contando lo que hacía en cada lugar, enfocado en el punto de vista de la jirafa y pensando en un público infantil (este concepto se ha explotado en varias ocasiones y de distintas maneras, en la película Amélie se ve con un gnomo que se toma fotos en distintas partes del mundo). En algún momento pensé en hacer algo así con un Irizar que tengo, pero no me da el tiempo y… no, he buscado y todavía no encuentro el bendito blog de la jirafa, a lo mejor si alguien me regala un peluche lo hago (?)
08 – Quebrada de Los Choros (2)
Después de esa tremenda comida y una entretenida sobremesa, vimos a una de las grandes protagonistas del desierto florido. Sí, señores, estas flores son las que llenan los prados y planicies de Atacama con su característico color violeta, se trata de la flor pata de guanaco, la cual tiene varios nombres científicos por lo que anduve viendo, quedándome con Cistanthe grandiflora y Calandrinia longiscapa, aunque hay muchas variantes más que mezclan conceptos.
A propósito de partes de animales, esta flor también tiene un nombre parecido, le llaman Oreja de zorro (aristolochia chilensis). Se supone que tienen unos pelitos por dentro. Estas plantas son medias olorosas (en mala) y tienen esa característica tan peculiar para atraer moscas y poder reproducirse (polinización). Uno de los artículos decía que las larvas de una especie de mariposa crecen en ellas, pero nunca he visto a esa especie 🙁
Acá tenemos otra vez a la estrella del desierto florido. Estas flores están entre Antofagasta y Coquimbo, apareciendo en primavera cuando ocurre el fenómeno del desierto florido, por lo mismo se les llama «la flor del desierto«. Existen también ejemplares de esta flor que son amarillos, pero no los pudimos ver. Hay muchas fotos de ellas, es cosa de que busquen «desierto florido» en internet y saldrán solas.
Estas flores blancas casi no las tomo, pero pensé que merecían su espacio aquí de todos modos jajaja. Son carbonillos (cordia decandria), que es una especie de arbustos con flores. Leyendo, también es una especie endémica y puede crecer en forma de árbol (como variante de arbusto). Como casi todas las plantas que hemos visto, está perfectamente adaptada a la aridez del desierto y sólo crece en estas regiones. A los costados, ven las elegantes alstroemerias.
Si creían que esta quebrada estaba pelada y no les servía para ver flores en primavera, se equivocan. En esta escena podemos ver una cactácea (no sé distinguir entre una y otra, pero es como delgadita, quizás sea un copao), manzanillones, amancay, patas de guanaco, lirios de campo y carbonillo.
¿Qué título le ponemos? ¿Princesa o reina? Esta es la flor que enamora a quienes visitan Atacama en primavera, la que se lleva todas las miradas y viste de morado lo que normalmente se ve carente de vida alguna. Por si no cacharon, es la misma pata de guanaco desde arriba.
Acá con más detalle, el lirio de campo y la cactácea de la escena donde vimos todo ese montón de plantas arrejuntadas.
Sí, les he mostrado un montón de veces las alstroemerias pero… es que son lindas, ¿cómo ignoro esa foto y la omito de este post?
¿La ven? Encima de esa planta suculenta se encuentra posada una mariposa colorada (Vanessa carye). Estas mariposas chilenas a veces tienen todas las alas de color naranja con líneas negras o tienen secciones de las alas de color café, asumo que para camuflarse. Son unos insectos fascinantes y muy lindos. Buscando videos para dejárselos a lectores extranjeros, noté que también les llaman «dama de cuatro ojos» por las 4 pelotas blancas que tienen en las alas. Otro nombre es mariposa de la tarde porque les gusta estar al sol, como esta pequeñina de la foto.
Uno de mis puntos favoritos de la quebrada es el «puente» que cruza la quebrada y lo que era antiguamente el río. En la arena, las rocas y los contornos se nota mucho que hubo un río, pese a que ya van a ser pronto 100 años de que no pasa el agua superficialmente (en 2022).
Si creían que se iban a salvar de ver los amancay en un primer plano, se equivocaban. Estas flores nunca las veo por acá, así que se merecen todas las fotos 🙂
Este bus es de Transportes Héctor Moyano, una empresa presumiblemente familiar que realiza servicios rurales entre Punta de Choros y La Serena (cuando hice un post sobre Isla Damas para Recorrido.cl encontré un sitio donde te dicen horarios y dónde tomarlo).
La máquina es un Marcopolo Senior del año 2009 (CCJW13), primero era de Vía Elqui (empresa de servicios rurales entre La Serena y Valle del Elqui), después pasó a Palacios (empresa de servicios rurales entre La Serena y varias zonas como Ovalle) donde tuve la oportunidad de tomarla para ir a Tongoy y ahora está aquí. Era cómoda por lo que recuerdo, me alegra ver viejos conocidos.
Y en fotos de transportes, no podía faltar nuestra Sprinter en plena Quebrada de Los Choros, obvio. Si alguien quiere promocionar sus vehículos y servicios de transporte, cuenten con mis servicios jajaja 🙂
Después de que Jorge nos tomara una foto a los cuatro, se me ocurrió poner la cámara chica en unas rocas para tomarnos una foto con el temporizador. Costó un poco encuadrarla porque con el sol no veía nada, pero… voilá, ¡quedó bien! De izquierda a derecha, estoy yo, Anita, Jorge (nuestro guía) y los turistas franceses (Elisabet y Dominique). En el fondo y totalmente de improviso, hay un guanaco mirando a la cámara jajajajaja.
Jorge después nos señalaría el guanaco para poder verlo (pues hasta ese momento yo no tenía idea que estaba ahí jajajaja). Tenía una mejor foto del guanaco en solitario, pero dejo esta por el simbolismo. Pues sale el guanaco (lama guanicoe) junto a las flores pata de guanaco, formando una linda postal del desierto florido 🙂
Este animalillo famoso por escupir aparentemente andaba de paseo como otro que yo conozco por ahí y volvía a su manada. Una escena que aparte de ser conmovedora es bastante hermosa porque no todos los días ves una manada de guanacos (ni tampoco te tomas fotos con uno jajajaja). Como curiosidad, existe una manada en el Cajón del Maipo pero que anda en los sectores cordilleranos.
Ya de vuelta, casi todos se dedicaron a dormir o descansar. Yo me quedé tomando fotos del paisaje, destacando la Cuesta Buenos Aires que se ve tan linda con las flores y el color verde en los cerros (comparar con visión normal, foto de verano). Otra foto interesante pero que no publico acá fueron unas nubes que tenían apariencia de corriente en chorro.
Pasando por caleta Los Hornos nos encontramos esta bellísima unidad de Más Bus Chile, una empresa penquista que realiza transporte privado. Personalmente me parece que es una buena empresa y tiene harta proyección para seguir creciendo. Se hicieron relativamente conocidos por trasladar voluntarios sin costo desde Concepción a Coquimbo para ayudar en las labores del terremoto y tsunami que afectó a esta ciudad hace poco.
La máquina es un Marcopolo Paradiso 1800 DD con chasis Scania, año 2011. Anteriormente era la unidad 44 de la empresa tomecina Eme Bus (CTHS68). Debe estar impecable, pues Eme Bus cuida muy bien sus buses y comprarles una unidad es casi como comprar un bus nuevo jajaja.
Llegamos a las 17.00 horas a la calle Andrés Bello donde está nuestro hostal. Al lado, también se encuentra un hostal llamado Vergara y el famoso Hostal El Punto. Nos quedaría el resto de la tarde para entretenernos en La Serena y comprar los pasajes para el resto de la aventura 🙂
Eso ha sido todo, ¡espero que lo hayan disfrutado! Y de verdad, agradecerle a Dios por poder ir a ver el desierto florido. No es algo que yo merezca, hay mucha gente que merece cumplir sus peticiones más que yo, así que darle gracias porque aún en mi debilidad y en mis momentos de oscuridad, siempre ha estado ahí conmigo. También darle las gracias a Anita por acompañarme y hacer de este viaje algo muy grato 🙂
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