Aunque dedicaré un post en detalle para explicar el desierto florido, su importancia y la flora que existe en este ecosistema (sea que la haya podido fotografiar o no), debo hacer dos puntualizaciones para quienes me están leyendo y conocen este fenómeno por primera vez.
(1) El desierto florido como tal, «el famoso» como le decimos con Ana, se da en el valle que forma el Desierto de Atacama en algunos recovecos de la Cordillera de la Costa y de los Andes. Las partes más famosas o estándar para verlo son el Parque Nacional Pan de Azúcar en las cercanías de Chañaral (obligatorio, ver este flickr) y el Parque Nacional Llanos de Challe, en la costa que está entre Copiapó y Vallenar. Esto sin perjuicio de que se pueda apreciar el fenómeno en otros terrenos del desierto como los prados que se forman a las orillas de la rutas (esto lo vi en el bus Atacama Vip que me llevó a La Serena).
Pueden ver esto en un mapa de la región de Atacama (indicaciones: Pan de Azúcar, ver el extremo norte de la región por el lado de la costa, entre Taltal y Chañaral; Llanos de Challe, sector costero cerca de Huasco). Lo otro, (2) si bien el desierto florido ha existido en varios años donde se han producido algunas lluvias en este desierto (evento que de todas maneras es bastante raro), se considera que las últimas grandes floraciones corresponden a los años 1991, 1997, 2011 y ahora 2015. El desierto de Atacama es el lugar más seco del mundo, por lo cual, ver esto es algo muy puntual y raro, hecho que generalmente se da sólo en ciertas primaveras y de forma diferente (hay un estudio que indica que no florecen las mismas especies de flores siempre, comparando 1991 y 1997).
En otros años ha habido flores pero con un nivel mucho menor. En el caso de este paseo, nosotros nos enfocamos en conocer el Desierto Florido en laderas de la Cordillera de la Costa, entre Vallenar y La Serena, zona poco explorada y publicitada pero que también ofrece este lindo espectáculo natural con más bajo perfil. La gracia de este paseo es que tiene más variedad de flores, es como ver el parque Pan de Azúcar unas latitudes más abajo 🙂
Ya, nos vamos de paseo en un auto feo… perdón, una Sprinter nueva
Aclaro de inmediato que habrá dos partes, en rojo el camino que verán ahora y en verde el camino de la Parte 2, siempre viendo especies de flores distintas (algunas repetidas eso sí). Como apreciarán en este mapa hecho a mano por quien les escribe, el paseo se realizó entre La Serena y el pueblo de Los Choros (región de Coquimbo). En total, registré alrededor de 24 especies distintas de flores o especies vegetales, pues iba anotando todo en una libreta. ¡Espero que lo disfruten mucho! 🙂
Después de un desayuno de campeones en el Hostal Las Luces (ya ahondaré más sobre la estadía, segunda vez en mi caso) esperamos ansiosos el timbre del alojamiento para poder abordar el tour de Ecoturismo La Serena. En el papel, nosotros estábamos preparados desde las 08.00 de la mañana, pero nos dieron más tiempo para comer aparentemente y empezamos un poco después.
Jorge, nuestro guía, nos explicó un poco lo que iba a ser el paseo y un número de flores que probablemente veríamos, además de hacernos la bienvenida. En la ruta hacia nuestra primera detención, pude fotografiar el bus 1914 de Atacama Vip, hermanito del bus en que llegué a La Serena (1913) jajajaja. Este monstruo de Busscar estaba dejando pasajeros mientras iba de camino a Santiago.
01 – Caleta Los Hornos
Nuestra primera detención fue en las cercanías de caleta Los Hornos, justo donde empieza la Cuesta Buenos Aires (mi favorita). En este lugar, vimos una gran pradera cubierta de suspiros de mar (nolana paradoxa), son flores muy lindas que duran poquito tiempo (he ahí el nombre de suspiro). Es una flor nativa muy frecuente desde Valparaíso hasta Los Lagos, pero que no tiene mucha presencia en Atacama o Coquimbo, salvo para el desierto florido 🙂
En el mismo prado, vemos una típica mariposa chilena (Mariposa de la tarde – Vanessa carye) posada en una corona de fraile (Encelia canescens). Particularmente, me gusta mucho poder fotografiar mariposas, lo malo es que estas pequeñas son bien escurridizas jajaja. Esta especie vive en casi toda Sudamérica, aunque es la mariposa principal de Chile donde no tenemos tanta variedad de ellas (Ecuador tiene más de 2.000 mariposas distintas). Respecto a la hermosa flor que ven, ésta ya es exclusiva de Atacama y Coquimbo.
Además de suspiros y coronas de fraile, esta pradera tenía muchas añañucas de fuego (Phycella ignis). Esta flor yo la conocí por primera vez en el Bosque Nativo El Panul, acá en La Florida (Santiago). Recuerdo que me dio mucha emoción verla, pues es muy llamativa y hermosa, hasta ese momento solamente la había visto una vez y eran menos de 3 ejemplares. ¡Nunca pensé que me la encontraría acá! Desde ya les digo que para mí son las rockstars de las flores 🙂
Existe una leyenda nortina respecto a las añañucas y su relación con el desierto florido (les adelanto que es un amor trágico jajaja). Es muy lindo poder mirar estas flores, a lo mejor en las letras no se alcanza a vislumbrar la emoción, pero de todas las veces que fui al Panul, solo las pude ver en una ocasión. ¡Fue un lindo reencuentro que tenía que celebrarse con fotos!
¡Miren esta pradera hermosa! Llena de suspiros de mar, añañucas de fuego y coronas de fraile que no se distinguen mucho jajajaja, son como los tres colores primarios (rojo, azul, amarillo) en una alfombra verde y con los cerros de la Cordillera de la Costa detrás. ¿No es bellísimo? Pensar que normalmente lo único que hay son rocas, tierra seca y un par de arbustos chicos.
Del otro lado, teníamos esta vista hacia las frías aguas del Pacífico.
Acá mis rodillas sufrieron pero tenía que hacer este contrapicado, el ángulo del sol y las flores me favorecían mucho así que me las rebusqué hasta que salió jajaja. Bendita seas hermosa añañuca de fuego 🙂
Nuevamente este es el prado repleto de suspiros de mar y añañucas de fuego. Es probable que ya en noviembre no queden suspiros, en verano todo volverá a la aburrida y monótona normalidad, así es esto.
La misma pradera anterior pero con la caleta Los Hornos y el mar en el fondo 🙂
Acá las añañucas y Anita se disputan el título a la flor más linda de la pradera…
Tímida y chiquitita, se yergue esta flor, no sé su nombre científico, he buscado especies con similitud (tenía escrito que era una malvilla, pero no me calza). Es una flor tierna 🙂
Más arriba, por el mismo lugar, vimos estos manzanillones. Sí, con olores similares al té y los shampoo jajajaja.
Esta variedad de cactus será famosa algún día, ¡son los copaos! El copao (fruto de este cactus) es endémico y que ahora se usa mucho en la zona para hacer jugos y helados en La Serena, es una fruta bastante ácida pero dicen que es bien rica. Lo recuerdo muy bien porque una vez traje copaos por encargo, pero se me estropearon en el bus. El nombre científico de esta maravilla es Eulychnia acida.
Una de las especialidades de la casa (fotos de transportes). Vemos el Mercedes Benz Sprinter de la empresa de turismo junto a las praderas amarillas llenas de flores. De fondo, la Cordillera de la Costa.
Hey, miren esto por favor. ¿Alguien pensaría en encontrar una pradera así en esta zona? No tengo el nombre común de estas flores (pues las tenía anotadas como chinas silvestres, pero si googleo eso me sale cualquier cosa). Su nombre científico es Senecio myriophilus. No es una flor muy frecuente de ver… pero acá la vemos por montones. Por ahora, les diremos senecios.
Esto no es un senecio, sino que es la ortiga caballuna o diablada (loasa tricolor). Estas plantitas las conocí en el Panul también, hay que evitar de tocarlas porque te clavan sus puntitas. Se ve mucho en la precordillera de Santiago.
Esto es el paraíso, lo que normalmente es desierto 🙂
Acá Anita fotografiaba las ortigas.
Estas son coronas de fraile, cuando las anoté escribí que «eran como girasoles» para identificarlas. Es la misma flor que vimos con la mariposa. Normalmente cuando salgo de paseo por cerros y bosques, me gusta fotografiar flores, pero no tengo quién me diga sus nombres jajaja. Jorge, nuestro guía, afortunadamente iba cumpliendo esa función y me hizo más fácil la tarea de buscar qué es lo que fotografié.
Y bueh, no podía dejar de tomarme una foto con estas lindas praderas repletas de senecios 🙂
Estos son natres (solanum crispum), también se les llama tomatillos (ni idea de porqué, yo las veo y nunca he imaginado un tomate). Su fruto es venenoso, al igual que otras flores que les he mencionado, la conocí en el Panul. También esta planta se usaba de forma medicinal contra la fiebre como infusión con un sabor terrible (tanto así que en la cultura popular está el dicho «más malo que el natre«) jajaja.
Acá vemos cactus de no sé qué especie y las hermosas añañucas de fuego, ¡nunca pensé que vería tantas de una sola vez!
Acá los ahora famosos senecios y más al fondo, unos suspiros.
Por supuesto, además de las añañucas, otras flores muy bellas son los lirios de campo (no por nada Jesús dice que ni aún Salomón -o cualquier otro rey- va a poder vestirse tan galante como los lirios cuando nos habla del afán y la ansiedad). Estos lirios moraditos reciben el nombre científico de alstroemeria philippi. El nombre de Philippi viene de un destacado naturalista alemán que se radicó acá 🙂
Otra especialidad de la casa, pucha que me gusta hacer estas fotos de transporte con contexto de naturaleza jajajaja. De fondo, se ve una de las playas de caleta Los Hornos.
Esta vez vamos por la flor número 11: la flor del minero (Centaurea chilensis). No sé porqué pero tengo la impresión de haberla visto en otra parte, aunque no sé dónde. Es bien bonita y se usa como planta medicinal 🙂
Acá vemos a Jorge observando unos lirios escondidos entre los cactus y estas flores de minero. No tengo idea de la razón del nombre de esta flor, pero asumo que estará cerca de yacimientos o tendrá alguna historia relacionada con uno.
De vuelta en la ruta, el resto de la gente hacía su vida normal mientras nosotros paseábamos recorriendo praderas de flores y maravillándonos con este fenómeno. Para que haya desierto florido se tienen que dar una serie de factores, pues puede haber lluvias y no haber flores. El desierto está lleno de semillas que esperan y esperan sus años hasta que les cae agua y florecen en primavera. ¿No es asombroso?
En la ruta, vemos un Irizar Century 3.90 de la empresa Expreso Norte (BFJP80, máquina 118), asumo que va con destino Salamanca. Estas bestias brasileñas son uno de los buses más lindos del país a mi gusto, Irizar es una marca que denota elegancia.
Nos despedimos de las cercanías de Los Hornos y sus praderas con esta bella foto costera.
02 – Criancero de cabras
La van siguió su camino por un sendero ripiado que nos llevaba hacia la caleta Chungungo. En medio del camino, Jorge paró para que fuésemos a comprar quesos de cabra, especialidad gastronómica de esta zona (entiéndase por esta zona, a casi toda la Región de Coquimbo). Era una parada improvisada, pero nos pusimos a compartir con el criancero y su familia, bromeando y conversando.
Le consultamos por sus cabras y nos contaba que estaban en las montañas pastando (hay que considerar que muchos crianceros de cabra practican la transhumancia, es decir, no viven en un lugar fijo sino que se van moviendo hacia donde están los pastos, incluso viviendo por varios meses en plena Cordillera de los Andes), pero que tenía unas cabras bebés por si queríamos verlas 🙂
Las cabras bebés fueron una de las cosas más tiernas que he visto jajajaja, dan ganas de apretarles los cachetes, pero es mejor no meter la mano porque como buenas cabras que son, creen que todo es comida jajajaja.
Para mí, es todo un placer poder verlas, porque pese a que esta zona es famosa por sus cabras, ha sido muy golpeada por una sequía (hablo no de una temporada, sino de años) y varios crianceros han perdido sus animales.
El criancero también tenía caballos, gallinas, perros y burritos. Los burros son animales muy queridos por mí jajaja, así que siempre que puedo les tomo una foto. Lo son porque siempre he sido porfiado (y acá en Chile a la gente terca se les dice burros), así que son mis hermanitos. También a los institutanos nos apodan burros. Por último y quizás el mejor motivo, también porque Jesús no entró a Jerusalén con un carruaje, sino que con un humilde y hermoso burrito, cumpliendo lo dicho por Zacarías 🙂
Esta vista despertaba al criancero cada mañana, creo que es algo que envidiaría cualquier mortal que vive en la ciudad. Poder ver la Cordillera de la Costa y el mar con mucha tranquilidad desde una humilde ventana 🙂
03 – Camino a Chungungo
Después de las charlas y que los franceses compraran queso, nos detuvimos en otro punto del camino (no recuerdo si antes o después de la bifurcación que da a Chungungo) para ver unas flores bellísimas: amancay o flor de San José (balbisia peduncularis). Estas flores son endémicas también y se extienden entre Antofagasta y Coquimbo (el norte de Chile), también adaptada a las extremas condiciones del desierto para aparecer de repente en primavera.
Estos amancay no deben confundirse con los amancay dorados (alstroemeria aurea) que están en la Patagonia o en Perú (llamados lirios de los incas). Son dos flores distintas aunque ambas muy bonitas. Para que se hagan una idea, esos otros amancay son como los lirios que vimos, pero con tonalidades amarillas y naranjas muy lindas.
Esta especie fue una rareza para mí jajaja, su nombre científico es Oxalis gigantea y tiene el nombre de churco o churqui. Son arbustos grandes, pueden llegar a medir 2 metros de altura. Sólo crece por acá, entre Antofagasta y Coquimbo, en condiciones similares a los amancay. Para mí son raras porque estas mismas flores oxalis yo las conocí en el Panul, pero son chiquititas (oxalis perdicaria). Ver un arbusto gigante con esas flores me dejó medio anonadado jajajaja.
Otra forma de ver los amancay. Va a sonar chistoso, pero cada vez que los veo me acuerdo de un compañero de colegio que tenía en la infancia porque vivía en una villa con puras calles que tenían nombres de flores jajajaja, entre ellas, si mal no recuerdo creo que su casa estaba en Amancay.
No tengo el nombre de estas plantas (las anoté como flor de rocío, pero es demasiado general como para encontrar algo), sé que son plantas suculentas. Buscando info de ellas, encontré un español que se emociona al ver copiapoas (un tipo de cactácea) y un grupo de personas que buscó la fauna del desierto florido, así que se los dejo como sugerencia de todos modos.
De lo que entiendo, estas plantas almacenan agua del rocío y de la humedad ambiental (la cual es mucha en las mañanas por la camanchaca, una niebla costera que viene todas las mañanas desde el océano, fenómeno que pude fotografiar en el viaje a Arica pero que aún no publico acá, snif snif). Los animales que viven en el desierto las usan para tomar agua, son como botellitas de agua naturales para ellos 🙂
Acá vemos rocas, la arena, cactus y amancay, de fondo se ve la Cordillera de la Costa y las clásicas nubes orográficas que se forman en este lugar, esto por el mismo fenómeno de la camanchaca pero agregándole el relieve que hace que las nubes tengan que remontar los cerros, condensándose.
Pensaba no poner esta foto, pues mi idea no es mostrarles a Ana a cada rato jajaja, pero aparte de que sale bonita, sirve mucho para que dimensionen el tamaño de estas plantas (que era lo que trataba de hacer en parte cuando le tomé este retrato). De fondo, se mantiene el mismo espectáculo anterior de las nubes peleándose a su modo con las montañas.
Y nos vamos al punto 04 que es en las cercanías de la Mina El Tofo, en plena Cordillera de la Costa. ¡No se pierdan la Parte 2!
Por mientras, doy los agradecimientos a Alejandra de Ecoturismo La Serena por gestionar amablemente esta salida para nosotros, a Anita por acompañarme en esta travesía, a ustedes por leer y darle vida a este blog, a Dios por todo lo que me da junto con la posibilidad de conocer el desierto florido y al que se le ocurrió postear cómo justificar textos en WordPress, estaba metiéndole códigos párrafo a párrafo hasta que lo leí jajajaja. A todos, ¡gracias!
11 pensamientos en “Desierto Florido Costero vía La Serena (Parte 1)”