Voy a estructurar otra manera para mostrar mis visitas al Desierto Florido, pues ya lo visité en el año 2015 a través de La Serena, y esta vez visité el Desierto Florido vía Caldera. Los que ya leyeron las otras notas pueden saltarse la introducción e ir directamente a la experiencia 🙂
BREVE INTRODUCCIÓN DEL DESIERTO FLORIDO
El desierto florido es un fenómeno que se da en el Desierto de Atacama, que es el desierto más seco del mundo. Si bien, en algunos años la humedad y unas pocas lluvias han generado floraciones, lo cierto es que cada una es diferente. Es decir, intervienen muchos factores además de la lluvia por lo que en cada año aparecen otras flores, o aparecen flores en un lado y en otro no.
Las mayores floraciones que ha tenido el desierto en el último tiempo corresponden a los años 1991, 1994, 1997, 2011, 2015 y ahora este año 2017, que se comenta que es la más grande junto con la de 1997. Cada año se genera un ecosistema nuevo. Aunque el Desierto Florido es algo que se puede ver incluso en zonas como el Valle del Encanto, la mejor región para verlo es Atacama.
Los lugares más famosos donde se puede ver el desierto florido son el Parque Nacional Llanos de Challe, cerca de Huasco; y el Parque Nacional Pan de Azúcar, cerca de Chañaral (aunque este año, este parque no floreció). Hay varias zonas en los caminos de costa y valle entre Caldera y Vallenar que también ofrecen la posibilidad de ver flores. Para datos de operadores turísticos, les recomiendo leer la nota que escribí en Recorrido.cl
OPERACIÓN DESIERTO FLORIDO VÍA CALDERA
Este año también llovió mucho en la zona de Atacama (y también Copiapó tuvo problemas con eso), así que era probable que hubiera desierto florido. Mi cálculo inicial era visitarlo a fines de septiembre, pero en las publicaciones de los diarios comentaban que el peak de flores se daría entre fines de agosto y principios de septiembre. Con esa base, me contacté con la agencia Geoturismo Atacama de Caldera y también con un par de amigas para que me acompañaran en esta linda aventura. ¡Fue todo muy bonito!
01 – CAMINO COSTERO CALDERA A TOTORAL
Rodrigo, nuestro guía y conductor, nos fue a buscar al alojamiento en Caldera (Hostal Inthalassa) y tomamos el camino costero que une Caldera con Totoral, bajo la poética camanchaca. En total, nosotros éramos un grupo de 8 turistas, curiosamente todos éramos chilenos.
El camino por momentos tenía solo arena y niebla, y en otros momentos había vegetación y distintas flores. Por ser día lunes, no había mucha gente transitando en estos caminos ni haciendo turismo así que literalmente casi siempre teníamos las flores para nosotros solos.
Hicimos varias paradas en estos caminos, y cada una era mejor que la otra. Fue un espectáculo natural muy bonito. Personalmente, creo que nunca me aburriría de visitar el Desierto Florido por el solo hecho de ser consciente de lo efímero y milagroso que es, además de que cada año es diferente y todo es azaroso. Por ejemplo, la flor de abajo es la usual pata de guanaco pero en versión amarilla, no tenía idea que podían tener ese color.
Hay otras flores que nunca había visto antes. Un aspecto muy importante del Desierto Florido es que gran parte de las flores que les mostré en La Serena y las que les mostraré ahora en Caldera son flora endémica, es decir, solo crece en estas partes de Chile y son originarias de este lugar. Espero que si alguna vez van a conocer esto en persona, cuiden las flores, no las pisen ni las arranquen, además de demostrar cultura (y no ser como cierto ex presidente). Las flores son un regalo divino, cuidémoslas.
Hacía algo de frío gracias a la camanchaca y una brisa que corría, pero valía totalmente la pena bajar del furgón a ver todas estas flores. La “Rosita chica” es una flor tiernísima, pues es diminuta, tan diminuta que en esa foto donde se ve el furgón ustedes no la van a ver. Debe tener como el tamaño de un par de yemas de dedos.
Las flores de jote yo las confundí con añañucas pero tienen algunas diferencias, lamentablemente en este viaje no pudimos ver añañucas -que son de mis flores favoritas. Otra planta fascinante fue el borlón de alforja. Dependiendo del ángulo de visión, el color de la planta cambiaba. ¡Era genial!
En otro punto del camino, paramos para ver los tomatillos que son esas flores moradas. Aquí, con mucha sorpresa y emoción, pudimos ver varios caracoles muy pequeños. Según Rodrigo, estos caracoles son una muestra de que este Desierto Florido 2017 es una gran floración pues la última vez que se vieron fue hace 20 años, en 1997. Algunas conchas estaban vacías y correspondían a caracoles de ese entonces.
Es magnífico poder ser parte de esto y ver un ecosistema que surge de forma tan efímera, un montón de vida que está esperando las lluvias oportunas y ausencia de heladas para poder a emerger como milagro en el desierto. Desconozco el nombre específico de este caracol, pero debería ser de la especie Heleobia. Hay algunas especies descritas en la costa de Antofagasta y otra incluso en Pan de Azúcar. Son muy chicos, en la foto del tomatillo pueden ver las conchas como para que aprecien su tamaño.
En otro punto del camino costero, nos detuvimos a ver un “río” de flores celestinas. Estas flores tampoco las había visto y son muy bonitas. Lo curioso es que era solo esa hilera de flores, en los alrededores no había flores jajaja. Las celestinas o flores de viuda solo afloran en años lluviosos, se ve poquito.
Las flores celestinas son muy bonitas. Fue todo un honor poder verlas en persona y saludarlas. Así como también aprender acerca del cachiyuyo. Esta planta es comestible y tiene un rico sabor, sus hojas acumulan agua y sal, es como una lechuga salada jajajaja.
Una de las escenas más lindas que nos tocó ver fue ver estos guanacos y correr en paralelo a ellos. Los guanacos son uno de los animales más vistosos del Desierto de Atacama. Son animales en peligro de extinción y también se les conoce por ser escupidores (de ahí que los carros lanza-aguas de Carabineros se apoden así). ¡Los vimos correr y fue hermoso! Todos quedamos muy contentos, ver el horizonte y la corrida de los guanacos nos dejó felices jajaj.
02 – QUEBRADA DE TOTORAL Y TOTORAL
Ver a los guanacos ya nos indicaba que estábamos yendo hacia el valle. Rodrigo continuó el camino hacia el pueblo de Totoral. En plena quebrada y después de bajar una cuesta, nos quedamos a ver muchas flores de distintos colores. ¡Un sitio realmente alucinante!
La verdad, no sé si se llame Quebrada Totoral, pero sí es una quebrada y también en los alrededores hay harto terreno molido, como que se nota que hubo algo. Rodrigo me explicaba que la tierra removida y “mezclada”, media desordenada, había quedado así en el lecho de la quebrada después de los aluviones.
Cada uno de nosotros caminó cerca de la quebrada, en la ladera de un cerro, y nos pusimos a ver distintas flores y plantas. Era genial poder ver tanta diversidad de colores en una zona tan pequeña. De las flores de arriba, me parece muy linda la “mirabilis elegans”. No sé su nombre común, en Flores-de-Caldera.com dice “dengue” pero no sé si alguien la buscará en internet con ese nombre jajaja.
Respecto de la oreja de zorro, es bien curiosa esta flor. Más allá de su apariencia tierna, es una flor hedionda que tiene ese olor justamente para atraer a las moscas. Las moscas entran, la flor las atrapa y les deposita su polen. Después de un tiempo, la flor afloja la fricción, la mosca sale y voilá, ya empieza a esparcirse, se poliniza así.
La famosa garra de león todavía no estaba en forma de flor. Dicen que es una de las flores más lindas -aunque yo estoy más que feliz con todas las que he visto jajaja- y la gente la corta mucho, por eso se hace necesario decirles una y otra vez a los turistas que las flores se miran, pero no se sacan ni se pisan. La flor que me gustó harto es la retamilla, es muy linda.
Durante las andanzas por la quebrada, vi varias veces esa avispa San Jorge. Su picadura es una de las cosas más dolorosas del mundo, aunque no es de molestar a los humanos. Las que deben preocuparse son las arañas, porque las caza y con eso alimenta a sus larvas. Su reputación es temible, casi nadie se la come y con razón. Iba saltando de piedra en piedra, cazando.
No podían faltar los cactus en el desierto. Había unos cactus chiquitos en medio de las rocas… Me gustó mucho esta parada, es bonito poder ver tal cantidad y diversidad de flores en un espacio chico. Aparte, se veía una de mis debilidades: las nubes orográficas (nubes que se forman por vientos que remontan montañas).
Después de mediodía llegamos al pueblito de Totoral, un pequeño oasis. Cerca de aquí, se quería construir una enorme central termoeléctrica llamada Castilla, lo cual se detuvo por temas medioambientales y protestas ciudadanas. ¡Ganó la gente (y la cordura del largo plazo)!
Me siento muy feliz por eso, actualmente Chile tiene varios proyectos de energía renovable. En unos 3 años Chile ha pasado de un 7% a un 17% de participación de estas energías limpias. Castilla era puro carbón y contaminación… en la licitación, la energía eólica y solar resultaron más baratas que el carbón.
03 – EL DESIERTO FLORIDO QUE SE VE EN LAS FOTOS
Después de un breve descanso en Totoral, Rodrigo nos fue mostrando algunos puntos de flores que están entre Totoral y la Panamericana Ruta 5 Norte. Veríamos largas praderas con el mismo tipo de flor, que es como la postal más usual y conocida del Desierto Florido. Aunque hay fotos muy bonitas, creo que en muchos casos las fotos no le hacen justicia a lo que significa vivir y oler esto. Es hermoso, fascinante.
De lo que han visto, y de lo que verán… no tengo cómo elegir un momento favorito. Pero sí estoy muy agradecido con Rodrigo, además de mis amigas Daniela y Teresa, pues realmente es muy bonito poder compartir momentos así con gente bacán. Creo que en las fotos se transmite parte de esa felicidad 🙂
Los suspiros son flores fascinantes. Había variedades de color blanco (Nolana acuminata / Nolana baccata) y variedades más azules (Nolana rupicola). Durante un buen rato nos sentamos en la arena a oler su fragancia y mirar sus hermosos pétalos abiertos para recibir la luz del sol. ¡Pensar que duran tan poquito! Hace unos días hubo una lluvia y algunos se empezaron a marchitar. Estas flores duran como 1 mes y algo, después desaparecen.
Fue emocionante quedarse ahí y ver flores hasta más allá del horizonte, ver llanuras completas teñidas de blanco. El aroma es tan rico, no sé cómo describirlo, pero es relajante como la lavanda. Me habría quedado mucho tiempo ahí, sentado, callado, pensando en la inmortalidad del cangrejo.
Más allá, en una parte medio escondida, pudimos ver mantos blancos junto con mantos morados…
Este lugar tenía praderas con patas de guanaco (Cistanthe cachinalensis / Cistanthe longiscapa) y los suspiros. En algunas ocasiones, estaban mezclados, en otras se veían solo flores moradas o solo flores blancas. Era un espectáculo silencioso. Los cerros tenían brotes verdes. Es probable que cuando los suspiros marchiten, esos brotes salgan y todo lo que se ve se tiña de morado, pues las patas de guanaco duran más. Estas flores moradas son las culpables de teñir el desierto con alfombras moradas.
¡Fue alucinante! Rodrigo nos contó que es posible que en la quincena de septiembre, aparte de haber más flores moradas, también este lugar se llenaría de mariposas. Que alucinante es el Desierto Florido, es no sé, muy inspirador.
He tratado de no editar mucho las fotos para que vean cómo se ve y no como Google o Photoshop les dice que se ve jajaja. Las dos camaritas se portaron muy bien, aunque insisto, más allá de las distintas fotos y planos que usé, lo que más me gusta es que creo que se proyecta lo feliz que estaba.
Cerca de estas flores, vimos varios de estos bichitos: las vaquitas del desierto. Son inofensivos, se alimentan de algunas flores (y tienen para regodearse). Lo que sí, uno puede decir que son poco asustadizos y curiosos. Lejos de alejarse de los humanos, se acercan derechito a las zapatillas para inspeccionar y ver qué es lo que somos jajaja.
Antes de irnos a almorzar, aproveché de fotografiar estas lindas flores. Nunca las había visto.
04 – ALMUERZO EN POSADA PAJARITOS Y DESIERTO FLORIDO EN CARRETERA
Una de las cosas más curiosas e interesantes del tour es que almorzamos en una posada camionera llamada Pajaritos, la cual también tenía como un mini zoológico. Es una genialidad poder almorzar ahí: te aseguras comida casera, una porción contundente y un precio razonable.
Había dos opciones de porción: un plato de entrada y otro de fondo, o un plato único que era más grande. Ese día sirvieron cazuela de vacuno, arroz con pollo y ensaladas, junto con el clásico tallarines con salsa. Todo muy rico.
Después de un rico almuerzo, nos fuimos por la Ruta 5 Norte hacia Caldera. Esta parte es el típico trayecto Copiapó – Vallenar que se ve con flores en la carretera. Con Daniela y Teresa, hicimos esta parte en la mañana cuando viajamos en el Tur Bus (próximamente les publico ese viaje). Por otro lado, yo también había atravesado estos mismos prados en el Atacama Vip 1913 cuando se dio la floración de 2015.
Pero… una cosa es verlo en el camino (que es precioso), y otra es ver esas flores in situ jajajaja. Rodrigo nos llevó a más partes para admirar el Desierto Florido.
Hay unas pequeñas diferencias entre estas flores de llanura y los otros mantos de flores que vimos antes. ¿Se acuerdan de por qué le dicen girasoles a los girasoles? Estas flores que están en terreno llano van siguiendo al sol en su trayectoria (heliotropismo). Es curioso, porque siendo las mismas especies, eso no se da en las quebradas. La vida, la naturaleza (y Dios en mi caso) nunca dejan de sorprender, ¡hay tantas cosas maravillosas!
Y eso es todo amigos. Después de estos prados desérticos llenos de flores llegamos a Caldera de nuevo. Rodrigo nos dejó en el hostal. Sé que les puse muchas fotos, traté de elegir lo mejor de lo mejor, y que sintieran que “estuvieron allí“. Ustedes saben todo el amor y cariño que hay en este humilde blog. Este paseo fue realizado el día 21 de agosto, 2017… debe ser uno de los mejores post del año.
COMENTARIOS FINALES
Geoturismo Atacama es una muy buena empresa familiar, totalmente recomendados para conocer el Desierto Florido vía Caldera. Desde el primer contacto en Facebook hasta el fin del tour, todo fue muy ameno y una gran experiencia. Espero que Rodrigo y Monserrat sigan así y crezcan más. La gente del Hostal Inthalassa también se portó un 7.
Del día mismo, fue una jornada épica. Daniela, Teresa y yo (además de los otros turistas) quedamos muy felices. Por supuesto, las fotos quedaron muy bonitas… pero aún, con o sin fotos, ver tanta vida en el desierto y dimensionar lo efímero de la misma (sobre todo con los suspiros y los míticos caracoles) es algo que te deja para adentro. Gracias a ellas por acompañarme y tener un viaje tan grato. ¡Ya vendrán más!
Para un próximo Desierto Florido, me queda visitar Chañaral y el Parque Pan de Azúcar, además de Huasco y el Parque Llanos de Challe. Agradezco a Dios porque, aún sin merecerlo, me ha dado la posibilidad de cumplir estos sueños, compartirlos con ustedes y con amigos, además de ser feliz.
¡¡Gracias totales!! Y gracias también a las personas que me están comprando el libro Corte de Cinta. Me siento muy feliz cada vez que hago entregas presenciales. Un abrazo gigante.
Ariel Cruz Pizarro
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