Buscando unos videos pude ver varias fotos de Isla de Pascua y me he acordado de que he escrito poco de este viaje tan maravilloso, misterioso y llamativo para las personas que somos del continente. Esta vez compartiré con ustedes mi travesía por las cuevas volcánicas de Isla de Pascua.
Inicialmente mi intención era realizar un tour donde me llevaran a las cavernas, pero justo ese día las agencias estaban trabajando otros itinerarios. La señora Jimena del hostal, Bárbara del mismo lugar y un par de turistas más me dieron un montón de indicaciones y con todo eso me tiré a hacerlo solo. Compré unas cosas en Hanga Roa y tomé un taxi hasta Ahu Akivi (es una formación de moais), lugar desde donde parte un sendero que visita estas cuevas.
Si bien hay varias cuevas, yo solo visité las 2 cuevas que más me interesaban: Ana Te Pahu (apodada Cueva de Los Plátanos) y Ana Kakenga (apodada Dos ventanas). Otros turistas visitaron más, yo tenía que cuidar mis rodillas jajaja. Un dato: ¡DEBEN LLEVAR LINTERNA SÍ O SÍ!
El taxi en Hanga Roa
En foto ven dos taxis de la isla, un Nissan Tiida y un Toyota Yaris Sport. En general, hay un buen número de vehículos y la flota es bastante heterogénea con autos clásicos como el Nissan V16 y otros gigantes como un Kia Grand Carnival que fue el que me llevó hasta el Ahu Akivi. Un buen lugar para tomar taxis es frente a este supermercado que se encuentra en Atanu Tekena, entre Te Pito o Te Nua y Tuu Maheke.
La carrera entre el supermercado y este Ahu me costó $11.000 CLP (casi 17 USD). Sé que es algo caro pero así es la isla. El viaje entre el pueblo y Akivi corresponde a alrededor de 6 kilometros. Mi intención era caminar desde Akivi hasta Hanga Roa por el borde costero, que son como 8 kilometros con algunas subidas y bajadas. Los tours que realizan este viaje cuestan alrededor de $30.000 CLP (46 USD).
El taxista como casi todos los que trabajan en la isla era un hombre del continente, separado y que había hecho su vida de nuevo en la isla. Aprovechamos de contar varias aventuras y anécdotas jajajaja.
Desde Ahu Akivi a Ana Te Pahu
El camino comienza en una bifurcación, donde puedes acceder a los moais del Ahu Akivi y continuar hacia la parte norte de la isla o puedes tomar el camino de las cuevas volcánicas. En general, si arriendas un auto que sea bajo, te van a prohibir ocupar este camino porque es complejo y bien malo. Así que como buen consejo, para hacer este sendero en auto arrienda un automóvil que sea todo terreno.
El camino hacia las cuevas volcánicas es bastante rural, hay hartas partes donde se cruzan caballos o ganado (uno de ellos era un toro, me daba un poco de susto pasar al lado de él pero afortunadamente siguió pastando jajajaja).
Al costado del camino es común ver muchas plantas de guayaba, estos son árboles tropicales. La isla tiene varias plantas de éstas, dentro de la poca variedad de flora que tiene. En algunos negocios puedes comprar jugo natural de esta fruta.
Uno de los primeros caballos que vi pastando en el camino, conforme pasen sucediendo las fotos verán varios caballos, incluso me llegué a topar con caballos salvajes 🙂
Ana Te Pahu (Cueva de los Plátanos)
Después de unos 900 metros, llegué al llamado Sector Ana Te Pahu, que es más conocido como la Cueva de los Plátanos. Hay una explanada pequeña que se usa como estacionamiento y una indicación para llegar a esta cueva, yo tenía miedo de pasar de largo y no ver ninguna, pero como iba caminando es mucho más fácil captar los detalles.
La escalera que conduce a la cueva 🙂
El origen del nombre coloquial: plantaciones de plátanos de Isla de Pascua. Las frutas de la isla son plátanos más pequeños y con un sabor más dulce que el tradicional.
Los plátanos y taros desde el comienzo de la caverna
Ah, por supuesto, la caverna misma.
Estas cuevas volcánicas eran ríos de lava primitivos. Tienen que recordar que la isla completa está compuesta por varios volcanes inactivos. Una vez que cesó la actividad volcánica en la isla, estas cuevas quedaron y fueron ocupadas como refugio o escondite. Esta cueva en particular tiene dos orificios donde salen algunas plantas y las personas podían cocinar.
Ana Te Pahu es una cueva bastante grande y relativamente larga. Con grande, me refiero a que es fácil caminar de pie porque son pocos los tramos en que el techo de roca roza tu cabeza. De largo, no tengo idea cuántos metros o kilometros tendrá pero entre que empecé y llegué al final habrán sido unos 15 minutos, al ojo debe ser poco menos de 1 kilometro. Esta cueva está en las faldas del volcán más grande de la isla: Terevaka.
Es una noñez, pero mientras caminaba recordaba una entrevista que le habían hecho a las personas encargadas de la saga Pokemon, entre ellas al creador Satoshi Tajiri. Tengo entendido que él vivía en un entorno rural y siempre salía a recorrer el campo, fascinándose con los insectos (quería ser entomólogo antes de ser desarrollador de videojuegos). Una de las cosas que a él le gustaba era que los niños pudieran sentir que estaban explorando al momento de jugar, tal como él se sentía cuando niño e iba por las lagunas o los campos buscando bichitos.
Lo traigo a colación porque a medida que daba pasos, mi mente iba reproduciendo una canción del videojuego cuando el protagonista va atravesando varias cuevas y se enfrenta con molestos murciélagos (Zubat) jajajaja.
Otras plantas una abertura de la cueva jajaja.
Era muy entretenido explorar en solitario, tener que decidir por cada camino y seguir hasta el fooooooooooondo, sin que hubieran ruidos ni personas, solamente sintiendo algunas gotas que caían por filtraciones desde las rocas.
Quería compartir con ustedes algunas cosas, así que grabé algunos fragmentos de la cueva como para que me acompañen, si es que gustan 🙂
Desde Ana Te Pahu a Ana Kakenga
Saliendo desde la Cueva de los Plátanos, ahora seguí por el mismo camino durante 3 kilometros para llegar hasta la otra cueva volcánica que me interesaba: Dos Ventanas (Ana Kakenga). En foto, ven unos árboles y arbustos de guayaba.
El camino no es complicado, acá ven a unos turistas caminando y varios caballos que están a la orilla del sendero. La idea es ir dando la vuelta cerca de donde está la camioneta blanca y caminar por el borde costero hacia el sur.
Yo también pasé al lado de los caballitos 🙂
Este es uno de los mapas que encontré en el camino, señalizando la caverna Ana Te Pora. Esta cueva volcánica es conocida por tener una cama de piedra, acá hay un post de otro viajero.
Ana Kakenga (Cueva de las dos ventanas)
Este cartel con rayado sobre relieve es el que indica sobre la Cueva de las Dos Ventanas (Ana Kakenga). Hay una pirca en las cercanías de la cueva y una de las indicaciones que nunca se me va a olvidar es usar un motu (islote) como punto de referencia, pues la cueva está cerca del motu.
Después de caminar entre unos caballos y toros, encontré la cueva.
La primera parte de la cueva es bastante estrecha y se debe gatear o andar en cuclillas. Lo chistoso es hacer todo eso con una mano (pues generalmente ocupas la otra moviendo la linterna).
Después de un par de metros, la cueva se vuelve más grande y puedes caminar erguido.
Eso no quita que en algunas ocasiones la roca roce tu cabeza jajaja.
Se llama la cueva de las dos ventanas porque hay una bifurcación y ambos caminos dan a unos precipicios. Desde ambos se puede ver y oír el mar con sus olas rompiendo en los roqueríos, no obstante, la vista más famosa corresponde a la ventana derecha porque se ve también el Motu Tautara (motu = islote).
Mientras venía de vuelta, una familia con niños y otra familia con abuelos ingresó a la cueva, así que dentro de la oscuridad nos saludamos jajaja. Una de las señoras dejó su bastón en la entrada de la cueva para poder proseguir.
Esto es la entrada misma de la cueva, como verán es un poco difícil bajar jajajaja.
Al igual que en la otra cueva, les hice un video para que me acompañen y vean la cueva por sí mismos 🙂
Ya desde afuera, esto es el Motu Tautara, es un área protegida y el Motu Ko Hepoko. Algunas empresas de turismo realizan paseos en bote hasta este sector y se puede practicar snorkeling. Creo que es algo muy bonito de ver, en Youtube encontré un video de buceo en esta zona.
Hola a todos, acá me ven en la superficie ya jajajaja. Mi pelo quedó así por el viento.
El color de las aguas es impresionante, ¡una real hermosura!
Desde la península que hay se ven los acantilados de la isla y en el fondo, el volcán Rano Kau que visité cuando fui a Orongo. En alguna parte de todas esas rocas deben estar las dos ventanas.
Desde Ana Kakenga a Hanga Roa
La familia que iba con los abuelitos venía en este Suzuki Grand Vitara (uno de mis autos favoritos jajajaja). Ese tipo de autos es el que deben arrendar si quieren andar por los caminos NO asfaltados de la isla. Publico acá el auto pensando en que todos los turistas usan autos arrendados jajaja, así que no le ando jodiendo la privacidad a nadie.
Yo seguí caminando hacia Hanga Roa, me quedaban como 5 kilometros hasta el pueblo.
El paisaje era bastante similar en casi todo el sendero: hartas rejas con alambres de púas, montones de piedras y pasto, junto con varios animales.
La isla de Pascua, el océano Pacífico, el pueblo de Hanga Roa allá al fondo y el volcán Rano Kau siendo tapado por una nube. Toda una postal 😀
En una ocasión pasé a pocos metros de unos caballos que estaban pastando, son tan lindos estos animales 🙂
Más allá, había otros caballos pastando jajajaja. En vez de Isla de Pascua, fácilmente podrían ponerle Isla de los Caballos, ¡hay muchos!
En las fotos no lo ven mucho, pero corría un viento y hacía mucho frío en la isla. Esto es una vista desde el camino hacia los acantilados. Esa punta que sobresale es donde estaba Ana Kakenga, atrás se ven los motus con un tamaño pequeño. Algo que me gusta es la violencia del agua y el color de la misma, ¡que espectáculo!
Desde Ana Kakenga logré caminar casi 3 kilometros cuando me alcanzó la familia que andaba en ese Suzuki que les mostré. Viendo que estaba un poco cansado y que pronto se pondría a llover, les hice dedo y me llevaron hasta el hostal.
Fue una gran bendición, porque apenas me subí, pasamos donde habían unos perros feos y se puso a llover de forma torrencial, aparte que tuvimos lindas conversaciones jajajaja. ¡Me salvaron! Agradecerles por ese lindo gesto aunque probablemente nunca lo vayan a leer 🙂
Creo que fui muy afortunado de poder visitar estas cuevas volcánicas, sobre todo porque fue una linda aventura y rememoré cosas de la infancia a través de esa música que sonaba en mi cabeza jajaja. Espero que hayan disfrutado de este relato y estas fotos, a ver si algún día pueden visitar ustedes esta maravillosa isla 🙂
Tiempos de Viaje
16.48 – Ahu Akivi
17.02 – Ana Te Pahu (Cueva de los Plátanos)
17.39 – Camino hacia Ana Kakenga
18.14 – Ana Te Pora
18.21 – Ana Kakenga (Cueva de las Dos Ventanas)
19.00 – Camino hacia Hanga Roa
19.41 – Suzuki me lleva
19.50 – Hostal Tojika