Esto es el último post acerca de mi viaje a Chiloé, se podría decir que es la continuación del artículo donde escribí acerca de la crisis de Chiloé. Lo que verán a continuación es un formato híbrido, porque este capítulo final es una Experiencia de Viaje y también es una de esas grandes aventuras dignas de ser contadas en el cuaderno. Acompáñenme a uno de los viajes más alucinantes, épicos e impensados de mi vida: ¡un viaje en avioneta!
Viaje vía Club Aéreo de Castro, desde Aeródromo Gamboa (Castro) a Aeropuerto El Tepual (Puerto Montt)
Aeronave: Cessna 172N Skyhawk, CC-SKE
Vuelo: Chárter (Aeródromo Gamboa – Aeropuerto El Tepual)
Categoría de Asiento: No aplica
¿CÓMO FUE QUE TERMINÉ VIAJANDO EN AVIONETA?
La vida me ha regalado varias aventuras. Había planificado mi viaje como una escapada de fin de semana para ver lo que he contado en días anteriores: fauna, flora, parques naturales, bosques, etc. Sin embargo, justo el día antes de mi regreso estalló la crisis social en Chiloé. Los pescadores y otros chilotes cortaron los accesos de las principales ciudades. Al igual que otros turistas, estuve alrededor de 1 semana atrapado en Castro sin poder salir de la ciudad (y pudo ser más).
La única esperanza que teníamos era una negociación favorable entre el Gobierno y los pescadores (no ocurrió, de hecho uno de los ministros dijo que el Gobierno “no era de billetera fácil” y dejó las cosas peor que como estaban), o salir en avioneta. Esta última opción era cara, pero ante todo, de tiempo limitado porque los vuelos dependían de las condiciones climáticas y de que no se tomaran el aeródromo. Había que salir pronto.
Los barcos y lanchas no se movían en Castro
Conseguir el cupo en la avioneta fue una odisea. Por esas casualidades (o bendiciones) de la vida, tuve héroes apañadores en mi aventura que me ayudaron a conseguir la misión. Fernando Pérez (otro aficionado de buses) quedó en la misma situación que yo. Logramos obtener el número de teléfono del Club Aéreo de Castro (después de probar varios códigos locales hasta que dimos con el indicado).
Tuvimos que llamar varias veces hasta que contestaran, porque ellos estaban muy ocupados o había otras llamadas entrantes. Entre los dos fuimos llamando y coordinando el viaje. Pasaron como 2 – 3 días desde la primera llamada hasta que nos dieron el visto bueno para salir, incluyendo llamadas a medianoche. Todo ese tiempo fue angustioso y ansioso (en mi caso), me encantó Chiloé y el cariño de la gente chilota, pero solo quería estar en mi casa y disfrutar la presencia de mi familia.
“Salen mañana, a las 12.00 horas. ¿Está bien?” Fue la llamada que recibí cerca de las 01:00 de la mañana. Esas palabras me devolvieron el alma y esperanza al cuerpo. Después sabría que era el único método fiable para salir, pues otras opciones eran un barco desde Quemchi que cobraba unos $150 mil y otro barco que salió desde Quellón con estudiantes chilotes. Llegar a Puerto Montt no era garantía de nada, la Panamericana estaba cortada y la ciudad estaba envuelta en protestas. Los pasajes en LAN para salir de la isla estaban agotados para las próximas 2 semanas.
EL VIAJE EN AVIONETA CESSNA 172N
Emoción (por tener la oportunidad de salir de la isla e ir a ver a mi familia), nervios (porque nunca en mi vida me había planteado viajar en una avioneta) y esa típica actitud de disfrutar lo máximo que se pueda (¿cuándo más viajaré en avioneta?). Estaba muy ansioso, ese día me costó dormir y pese a que traté de mantener la serenidad en todo el tiempo, debo admitir que a ratos la perdía. Estar en el aeródromo Gamboa y que confirmaran el vuelo fue una cuestión apoteósica.
No podía contener la emoción. Chiloé es un lugar hermoso, pero solo quería irme e irme e irme e irme. No sé si haya sido un “prisionero” como Sampaoli, pero sí quería estar con mi familia. Igual aproveché de arreglar algunas cuentas que tenía pendiente conmigo mismo. Me hice fotos con algunas avionetas que había en el hangar, pero eran viejitas y creo que todas estaban dadas de baja.
Mi mochila verde, la maleta viajera y el equipaje de los demás. El vuelo costó caro, $105.000 pesos (unos 150 USD con el tipo de cambio de ese día, $670). Me comentaban por ahí que normalmente estos vuelos tenían un valor más bajo, algo así como $30 – $40 mil. Así que si alguna vez quieren hacer un vuelo chárter a Chiloé desde Puerto Montt, no debería salir tan salado como me salió a mí.
Nos fuimos en taxi desde el hotel de Fernando, el aeródromo Gamboa está en la misma ciudad, frente de donde está el Casino Enjoy.
José Luis Cisternas, el aero-controlador. Yo estoy muy agradecido con él y el trabajo de todo el equipo. Durante los días de la crisis en Chiloé, literalmente trabajaron 24×7. Nuestra avioneta estaría por aterrizar, creo que venía de Melinka (un pueblo muy lindo en medio del archipiélago de las Guaitecas, en la zona de Aysén) y otra avioneta venía con el diario impreso para que lo repartieran en Castro.
El Club Aéreo de Castro hace distintos traslados regulares desde Castro hacia Melinka, Quellón, Chaitén, Palena, Futaleufú, Islas Butachauques, Quenac, Apiao, Queilen y Ayacara. Algo que rescato es que pude aprender la gran labor social que realiza la aviación civil en todas estas zonas extremas, haciendo traslados de medicinas o enfermos, además de servir a conectar a las personas. Estas zonas tienen pocas personas y la única otra opción sería el transporte marítimo (salvo Quellón y Queilen que están dentro de la isla grande).
Ahí llegó mi avión, un Cessna 172N Skyhawk. No me manejo en muchos detalles, pero hay un reportaje de ModoCharlie sobre la flota del Club Aéreo de Castro. El avión es pequeño, tiene capacidad para 4 personas (el piloto y 3 pasajeros). Guardando las proporciones, es como un auto con alas. Yo me declaro ignorante en este tipo de cosas, pero lo disfruté mucho y no pensé que volaría nunca en una de estas cosas jajaja.
El par de avionetas hizo recarga de combustible (repostar) antes de salir hacia sus respectivos destinos. Inicialmente, la idea era viajar desde el Aeródromo Gamboa hacia el Aeródromo La Paloma (Puerto Montt), pero pedimos que nos llevaran a El Tepual para que pudiéramos escapar en avión hacia Santiago, lo cual fue mucho mejor.
El piloto de este vuelo fue don Jaime Cárdenas. Muy agradecido por cómo llevó el vuelo y nos dejó sanos y salvos en Puerto Montt. La avioneta que ven en primer plano aparece en el reportaje que hicieron de la nueva avioneta CC-ALY que llegó al club en 2014. Es la misma.
El tablero de instrumentos del avión (se llama así, ¿cierto?). No les puedo explicar cómo funciona, pero hay videos en Youtube de gente que vuela en este tipo de avionetas. Yo creo que lo más acertado para describir mis sensaciones al volar es las canciones de Out of Africa, de John Barry. No conocía esa canción, pero una compañera de la universidad me la presentó y es muy acorde jajaja. Un saludo Camila.
No tengo fotos del despegue porque lo grabé. Sé que uno no siempre ve los videos que aparecen en los post, me pasa en los blogs ajenos. Pero aquí, les pido encarecidamente, así por favor por favor, que vean el video del final. Si quieren lo combinan con esa canción que les puse o con otra que les guste. Es una obra de arte, se ve todo Castro, los palafitos, la iglesia, la isla.
Sé que el vuelo salió muy caro, que la ansiedad me tenía hecho bolsa, pero ver eso valió la pena, de verdad que valió la pena y lo volvería a hacer (en otras circunstancias, claro).
Después de grabar el hermoso despegue, una cuestión impresionante y lejos uno de los viajes más épicos de mi vida. Pude tomar esta foto e intuyo que se trata de Dalcahue. Pienso que debería ser Dalcahue porque esos caminos con colinas que se ven bajando debí recorrerlos con Cristian al volver en el día de la observación de aves.
Aparte, Dalcahue tiene rampas y conexión con otras islas. Es una hermosura ver esto desde las alturas y con la libertad de fotografiar tranquilo. Desde el vuelo comercial de LAN / LATAM, creo que esto no se puede ver del mismo modo.
Estas fotos lo valen. Acá vemos un conjunto de varias islas que tiene el Archipiélago de Chiloé, debería ser el grupo de islas Quenac.
Al otro lado del mar, se ve un volcán lleno de nieve asomando la punta. Al ojo, mirando el mapa, debería tratarse del Volcán Huequi. Este volcán se encuentra en la península del mismo nombre, a unos 20 km en línea recta de Caleta Gonzalo y unos 85 km de Dalcahue. Si no es ese volcán, no sé cuál será.
Pudimos ver varios ríos escondidos en la isla grande de Chiloé, hartos bosques y campos. ¡Qué ganas de poder estar en ese claro y ver el agua correr!
Algo que me llamó la atención fue ver estas terrazas de riego. Digo, esa disposición de la tierra no es natural y si uno le echa el ojo encima verá que tiene relieves, como terrazas incas. Pero, ¿en Chiloé? ¿riego con terrazas? Acá llueve más que la… no tiene sentido. Ojalá que alguien me pueda explicar qué es lo que se ve. Yo hasta el día de hoy me declaro perplejo y confundido.
De lo que sí tengo certeza, es que las papas de Chiloé son muy ricas jajajajaja. Hay más de 200 variedades, existen disputas con los peruanos para determinar el origen de la papa. Pero son tonterías, lo más importante es arreglar las diferencias con una buena tortilla de papas, o papas doradas con un pescadito frito, esas cosas.
El día nos regaló un cielo con gradientes. Hartas nubes, colores amarillentos y rojizos, la isla grande en contraluz y un sol potente dando de lleno contra las aguas del mar. ¡Qué escena más bacán!
Y por ahí, en medio del mar, un solitario barco que va hacia quizás dónde. Literalmente está en medio de la nada, solo hay agua por donde quiera que se ve. ¡Es tremendo!
Desde arriba se ven las jaulas de varias salmoneras. Hay dimes y diretes entre la comunidad, la autoridad, los científicos y las empresas, pero yo ya dije parte de mi opinión sobre la responsabilidad de las salmoneras en esta crisis.
Estábamos en medio del mar. Una mezcla extraña entre nervios y maravilla, digo maravilla porque aunque he volado otras veces sobre el mar, es distinto cuando lo ves de este modo y en una avioneta pequeña. No sé si alguna vez tenga el presupuesto para volver a volar, pero sería entretenido. Un viaje loco a Melinka o conocer algo de la zona de Aysén sería genial.
Una de las fotos más lindas del viaje fue ésta. Mirando el mapa, esto debería ser Punta Chilén. La bahía que se forma debería ser Koñimo y más hacia el sur debería estar Lamekura. Son comunidades huilliches en la isla. No se conoce mucho sobre este lugar, pero se ve bonito, especialmente esa playa de la punta.
Esto ya es el continente. Les dejé marcado a la izquierda el Canal de Chacao para que se ubiquen. Por esa zona se encuentra la carretera y uno cruza en transbordador hacia el otro lado. Con la crisis, el acceso y movimiento de Canal de Chacao estaba cortado.
Lo que se ve es una península que está cerca de Pargua, donde también está la Isla Abtao. Reconozco que este vuelo me ha ayudado a conocer la geografía de esta región desde otra perspectiva. He conocido lugares, penínsulas y cuestiones que jamás había visto en los otros mapas.
Los paisajes que se ven son una maravilla. Esto es la parte continental (y algunas islas) de Chile, el mar que tranquilo nos baña y la Cordillera de los Andes. Una joya para los ojos.
Esta parte es la que más me gustó para ver, fue preciosa. Debería corresponder a la zona de Isla Quihua, el pueblo de Calbuco, la zona de Caicaén. Una belleza, alguna vez andaré en tierra por estos lados para conocer jajaja. Me quedó picando el bichito de la curiosidad.
Acá me ven en el interior de la avioneta. Es un poco complicado hacerse un retrato por el ángulo (principalmente del brazo) pero hice lo que pude jajaja. Atrás se ve mi maleta viajera. ¿Qué les puedo decir? No creo que se note en la cara, pero disfruté mucho del vuelo, muchísimo.
Ya estábamos llegando y podíamos ver los nudos viales de la Panamericana en detalle. Esto es la Ruta 5, que une Chile desde Arica a Quellón. Sin embargo, las lecciones de geografía no acabarían ahí.
Los paisajes son impresionantes. A la izquierda, se ve el Volcán Calbuco con un poco de nieve en la cumbre. Este volcán fue el que hizo erupción en el año 2015, fue una experiencia alucinante poder ver esa erupción desde el bus y estar en Puerto Varas durante esos días. A la derecha…
Se ve el imponente Monte Tronador (o volcán Tronador), límite entre Chile y Argentina. Este volcán casi no se ve desde territorio chileno, pues está tapado por otras montañas y volcanes. La primera vez que lo pude ver fue en Bariloche, en una excursión que hicimos hacia su base. Es un lugar sobrecogedor, especialmente porque la montaña suena. El nombre de Tronador viene porque los glaciares de la montaña se rompen por dentro y generan sonidos como de relámpago, es tremendo.
El precioso, la joyita del sur, el volcán Osorno. Para mí, debe ser uno de los volcanes más perfectos y hermosos de todo el mundo. Alguna vez lo visitaré y veré la región desde esa zona, es una de las aventuras pendientes que tengo ahí.
Finalmente, pudimos aterrizar sin problemas en el Aeropuerto El Tepual. ¡Qué felicidad! De verdad que la foto no les describe la algarabía que tenía ahí adentro.
Como no sabía si otra vez tendría la oportunidad de volar en avioneta, le pedí a uno de mis acompañantes que me tomara una foto con este lindo Cessna. Don Jaime después se fue al Aeródromo La Paloma a dejar al otro chico.
Gracias Cessna 172N, gracias, aunque todavía faltaba harto para ser libre. Unos 1000 km me separaban de la familia.
Primera y única vez que he estado en este aeropuerto. Lo encontré muy bonito y tranquilo, aunque me imagino que en meses de verano debe estar lleno de gente. Con Fernando compramos pasajes en LAN para irnos ese mismo día hacia Santiago. Yo compré pasajes de ida y vuelta para que saliera más barato, aunque sabía que el viaje de vuelta difícilmente lo iba a ocupar. Pero ese vuelo se los cuento como aparte, hay fotos y anécdotas entretenidas para el otro año.
¡Ojalá que les haya gustado este relato! Agradecer como siempre a Dios por la oportunidad de conocer y escribir todo esto. Mención especial también para Fernando que me llevó a conocer todo esto y con quien tuvimos una muy amena conversación. Aprendí harto y lo pasé bien, ¿qué mejor? Muchos saludos para todos, ¡tengan una Feliz Navidad!
EL VIDEO PROMETIDO
Grabé más partes del viaje, pero creo que lo más memorable (y que no sale en fotos) es el despegue y aterrizaje. El viaje en avioneta fue espectacular, realmente quedé muy contento y espero que se pueda transmitir tanto en el video como en esta EV. Dejo abajo los capítulos del viaje a Chiloé, con este relato se cierra esa aventura (a menos que vuelva jajaja).
VIAJE A CHILOÉ / CAPÍTULOS
- Día 01: Tour de Observación de Aves (Caulín y Tocoihue)
- Día 02: Desde Castro a Queilen con Fernando Bórquez
- Día 03: Muelle de las Almas y Parque Nacional Chiloé
- Día 04 y 05: De paseo en Quemchi y Castro
- Día 06: Navegación Quemchi – Isla Caucahue
- Día 07: Escape de la crisis chilota en avioneta
- La crisis en Chiloé: algo más que la marea roja