Somos pequeños,
desperdiciamos nuestro tiempo
desperdiciamos nuestras energías
en cosas que, me parece,
no son tan importantes.
Nuestras bocas repiten sílabas
de cosas sin sentido,
nuestras mentes se desbordan
de cosas sin sentido,
nuestros corazones se nublan
por cosas sin sentido.
Vale la pena luchar por algo,
tener un ideal, algo que hacer,
pero debemos elegir bien
nuestras guerras y las estrategias.
No vaya a pasar que al final del túnel
te des cuenta que desperdiciaste la mitad de tu vida,
te des cuenta que fuiste un egoísta,
te des cuenta que pudiste hacer mejor las cosas.
Por eso hoy uso mi espacio
para decir algo que creo importante:
más allá de cualquier asunto terrenal,
es siempre más importante lo divino.
Dios permanece, el hombre no;
Dios está cuando otros no están,
Dios te da lo que nadie te va a dar,
¿o acaso el dinero va a purificar tu alma?
¿un beso, una caricia lasciva lo hará?
Elegí perder para poder estar contigo,
creo que eso me basta para ser feliz,
muchas gracias por hacerme libre.