En esta ocasión les escribiré de mi viaje por el día a Frutillar. Así quienes quieran viajar a esta zona del sur de Chile pueden hacerse una idea de lo que pueden encontrar.
Yo me estaba alojando en Puerto Montt, me pareció un buen centro de operaciones para conocer la zona y tener locomoción a cada lugar que quisiera. No obstante, si se trata de conocer el Lago Llanquihue, me parece más conveniente Puerto Varas. Puede ser un poco más caro pero es más cómodo y tienes más oferta de servicios turísticos.
Desde Puerto Montt se pueden tomar minibuses en el Terminal de Buses. Estos son los valores de los trayectos habituales:
Puerto Montt – Frutillar: $1.400 (poco más de 2 USD) (1 hora de viaje)
Puerto Montt – Puerto Varas: $900 (casi 1,5 USD). (30 minutos de viaje)
Frutillar – Puerto Varas: $1.000 (poco más de 1,5 USD) (30 minutos de viaje)
En esta región es común que los servicios rurales se presten con minibuses Mitsubishi Fuso Rosa. Estos vehículos de origen japonés suelen ser utilizados como transporte privado y servicios de turismo en el resto del país. Me gustaría investigar la razón del uso de estos vehículos como transporte público y comprender porqué otros modelos como el Hyundai County no tienen tanta penetración. La concesionaria Kaufmann debe estar feliz con esto.
Thaebus es una de las empresas que más se ve en estos viajes rurales. Actualmente ellos también tienen un servicio de buses interurbanos a Santiago con buses doble piso Modasa. Me alegra mucho cuando empresas locales logran expandirse y abarcar otros mercados.
Respecto de Frutillar, hay que distinguir que existen dos Frutillar. La ciudad residencial y suburbios que corresponde a Frutillar Alto, recibiendo ese nombre por estar sobre una colina. La ciudad turística es Frutillar Bajo, que recibe su nombre por estar a la orilla del lago. Yo solamente conocí Frutillar Bajo.
Frutillar es muy bonito pero pequeño. Poder disfrutar de la playa de Frutillar es un sueño. El agua es fría, pero tener esa enorme masa de agua que es el Lago Llanquihue y poder disfrutar de la vista del Volcán Osorno (uno de los más hermosos del mundo a mi juicio), es algo impagable 🙂
La playa es apta para el baño y en verano se pueden arrendar kayaks para poder disfrutar el lago de otra manera. En la costanera de Frutillar encontrarás varios restaurantes, cafeterías y alojamientos. Un punto en contra para la ciudad es que cuando fui no tenían mapas en las oficinas de turismo. Tuve que ir preguntando para conocer más del pueblo.
Uno de los acontecimientos más importantes en Frutillar son las Semanas Musicales. Esto ocurre en la última semana de Enero y la primera semana de Febrero. Es un festival de música docta organizada por la Corporación Cultural Semanas Musicales de Frutillar, la Universidad de Chile y la Fuerza Aérea de Chile.
Se realizan espectáculos de esta naturaleza en distintos escenarios del sur de Chile (Valdivia, Osorno, Frutillar, Puerto Varas, Puerto Montt). En el caso de Frutillar, el espacio idóneo es el Teatro del Lago. El resto del año también hay actividades culturales en este teatro.
Caminando, quise buscar un lugar alto para fotografiar el lago desde un mirador improvisado. Sin querer, llegué al Museo Colonial Alemán de Frutillar. Consulté cuánto costaba ingresar y mostrando la credencial universitaria me dieron un buen descuento. Me parece que este lugar es un imperdible de Frutillar, ¡deben conocerlo!
El lugar tiene jardines hermosos muy bien cuidados, pequeños miradores para ver el lago y distintas construcciones que reflejan la vida de los antiguos colonos alemanes en el sur de Chile. Cabe destacar que gran parte de esta zona fue poblada por colonos alemanes traídos por el Gobierno de Chile. Esta influencia perdura hasta hoy en la arquitectura, la comida y cultura. ¡La vista desde el museo es muy bonita!
Saliendo del museo consulté con la chica de boletería cómo podía llegar al Salto de Petrohué, pensando en que quizás demoraría mucho tiempo. Me dijo que llegara a Puerto Varas y desde ahí salían buses hasta ese lugar. Me despedí de Frutillar con la foto clásica del muelle y del volcán Osorno.
Pronto, se viene cómo llegué a los Saltos de Petrohué.