Con este post pequeño, cierro por fin otro cuaderno de viaje con el cual pueden entretenerse, sacar datos, entretenerse y pasar el momento jajajaja. ¡Por fin! Ha sido un arduo trabajo, porque no es mi “prioridad” al hacer este blog, pero me parece que enriquece lo que muestro 🙂
Sería mi último día en el sur, pues ya no me quedaba mucho dinero como para mantenerme allá. Viajé en la mañana a Puerto Montt con la idea de estar un par de horas en Castro y conocer la ciudad, pues nunca en mi vida había llegado hasta ahí jajaja. Tuve un muy agradable viaje en Queilen Bus (pueden leer la experiencia de viaje completa aquí), llegando al Terminal Municipal de Castro.
El camino rojo corresponde la caminata que hice hacia un mirador de palafitos, mientras que el camino verde es la caminata desde ese mirador hasta el muelle. No sé porqué razón cuando recuerdo esa caminata se me viene a la cabeza una de las canciones de Moonrise Kingdom (¡tremenda película!), será porque todo era nuevo y desconocido jajajaja.
Chiloé es muy famoso por tener muchas iglesias construidas con madera y que constituyen Patrimonio de la Humanidad, entre ellas, la Iglesia San Francisco que está en la Plaza de Armas de Castro. Revisando fotos más antiguas, tuve suerte de que la restauraran hace poco tiempo para verla así, bien pintada y muy bien cuidada.
En la Plaza, hay una oficina de turismo, me atendieron unas chicas y me regalaron mapas, indicándome dónde podía ver palafitos y dónde podía tomar un bote, así que les doy las gracias porque de no ser por ellas no habría alcanzado. En el mapa les marqué una flecha que dice “vista” para decirles hacia dónde miro. ¿No es linda la visión?
Una vez que tuve mis fotos de los palafitos (más tarde me detendré a contar sobre ellos), caminé buscando el muelle hasta que lo encontré. Al igual que Ancud, Castro también es una ciudad con colinas y pendientes jajajaja. Es tan raro encontrar una ciudad costera chilena que sea plana.
En el muelle, me salvé jabonado (por poco). Me metí a un bote porque “todos lo hacían” y yo decía, bueh, si todos los turistas lo toman debe ser el bote que da una vuelta a ver la ciudad. Justo un pasajero recibió un llamado por celular y dijo que iba a no sé qué lugar, que ya estaba dentro del bote. ¡Casi! Consulté con la gente de la embarcación y me dijeron que debía atravesar unos botes más para el tour que quería.
Ya, ahora sí. En el bote correcto jajaja, ahora puedo contarles sobre estas casas construidas sobre el mar: los palafitos. Son viviendas típicas de la zona, muy pintorescas por supuesto. La bahía de Castro es bastante tranquila, así que muchos chilotes construyeron sus casas en el mar con estos pilares, de este modo también tenían acceso directo a sus lanchas y botes para extraer pescados o mariscos.
Ahora bien, con la modernización de la isla y la llegada de hordas de turistas extranjeros (¡muchos!) junto con mochileros, varios palafitos han sido acondicionados para fines distintos tales como restaurantes (foto de arriba, ver comensales saludando al bote), hostales, lofts, hoteles, negocios, etc.
El barco rojo pertenece a Naviera Ulloa, que es una empresa que realiza transporte de carga y acercamiento para las empresas salmoneras. La embarcación turquesa me llama la atención porque dice “Castro” atrás, es decir, la ciudad también debería tener astilleros para fabricar sus embarcaciones 🙂
En el tour, nos dijeron que esas manchas blancas eran criaderos de mariscos. Me llama la atención la belleza del cerro verde y el contraste con la tranquilidad del mar. A ratos nos caían un par de gotas de lluvia. Es chistoso, porque en Chiloé va lloviendo a medida que pasan las nubes, después se despeja y vuelve a llover.
La vista hacia el muelle, la calle Blanco Encalada y la Iglesia San Francisco desde el agua.
Para quienes se preguntan por la polémica del mall… bueh, esa mole café es el Mall Paseo Chiloé. Más allá del típico argumento de que “trae empleo, comercio y por los turistas“, me dio un poco de pena, de verdad que se ve grotesco, podría haber sido más chiquito. Esa casa rosada en uno de los extremos es el Hotel Unicornio Azul, en la embarcación contaban que era uno de los hoteles exclusivos de la zona pero en Tripadvisor como que no les tiran muchas flores. Lo pongo como curiosidad jajaja.
He aquí otro sector de palafitos, en el barrio Pedro Montt, cerca de la entrada de Castro. Si van en un bus doble piso desde Ancud a Castro, por favor grábenme la entrada a la ciudad. ¡Es hermosa!
Y más palafitos por supuesto, nótese que uno de ellos tiene una escalera y una lancha para ir a extraer recursos al mar. ¡Que lindo es Chiloé!
Una de las tradiciones folclóricas que nos enseñan a los niños, al menos a los santiaguinos, son algunos mitos del archipiélago y canciones como “El gorro de lana“.
Y bueh… estamos de vuelta ya en el muelle. Ya sabes que si quieres dar una vuelta para ver los palafitos en la ciudad tienes que atravesar varias embarcaciones y no meterte en la primera que veas con gente jajajaja.
En línea celeste, el paseo por Castro desde el muelle. No anoté el precio del tour pero debe ser barato, no recuerdo que me haya ocasionado problemas en las finanzas, uno también le daba una propina al guía, que en este caso era el hijo de uno de los que manejaba la embarcación. Después el camino morado es la caminata hacia el Terminal Cruz del Sur.
Al final estuve 4 horas en Castro, de las cuales me dediqué a pasear unas 3 horas (que es todo lo que he escrito aquí), las otra hora se me fue haciendo fotos de transportes jajajaja, lo siento, así soy yo. ¿Notan el tema de las nubes? La primera foto de la iglesia estaba nublado y ahora había rayitos de sol colándose entre las nubes.
Este es el mapa oficial de Castro con sus atractivos turísticos marcados para quien lo necesite. Si necesitan descargarlo para verlo más grande pueden apretar aquí.
Finalmente, me quedé a esperar mi bus hacia Santiago en el Terminal Cruz del Sur. Me entretuve bastante en la ciudad, conocí lo esencial de Castro aunque me faltó visitar las islas menores y tener una foto desde el cerro que está a la entrada de Castro, pero no me puedo quejar. Más encima pude ver este hermoso Marcopolo Paradiso 1050 de Cruz del Sur, una belleza.
¿Y después que sigue? Pues nada… uno de los mejores viajes en bus que he hecho en mi corta vida, los invito a leer la Parte 1 y Parte 2 del viaje desde Castro a Santiago. Un abrazo, muchas bendiciones y gracias por leer 🙂