Inauguro la nueva sección “Ariel de Viaje” con un artículo fresco y entretenido, mostrándoles un poco de lo que se puede hacer en los alrededores de Santiago de Chile, mi querida ciudad natal y hogar de este blog. Anteriormente he hecho posts sobre turismo, pero nunca me he sentido muy satisfecho con las categorías y su alcance.
Quiero que este blog tenga como punta de lanzas a las Entrevistas, las Experiencias de Viaje en distintos transportes y a Ariel de Viaje (AV), que es la sección de turismo.
PASEO AL CERRO EL ROBLE EN OTOÑO (2014)
El Cerro El Roble es un cerro de más de 2.200 metros que forma parte de la Cordillera de la Costa, a una distancia de unos 75 km desde Santiago. En este lugar se puede hacer senderismo o trekking, entre otras actividades, y uno de sus atractivos más relevantes es que durante el otoño se tiñe de color rojo por las hojas de los robles (Nothofagus macrocarpa) que habitan en él. Estos robles son endémicos de Santiago.
Para llegar, lo primero que debes hacer es pasar por Caleu. Desde la Panamericana puedes tomar el enlace que sale por TilTil o el que sale por Rungue. En el caso de TilTil, tendrás que pasar por Cuesta La Dormida. Si no eres un conductor experimentado, te recomiendo el camino de Rungue que es un poco más largo pero es más plano.
Este paseo fue realizado en Mayo 2014 a través de la agencia Jorge Excursiones. Mi compañera de periplo fue Ana Quijada, a quien saludo.
PARTE DE LA CAMINATA POR EL CERRO EL ROBLE
Personalmente, siempre he amado aprender cosas de geografía y conocer esos lugares que solo había visto en los mapas o documentales. Sin embargo, con el Cerro El Roble me pasa algo muy curioso y especial. ¡Yo NO TENÍA IDEA que podíamos tener cerros teñidos de rojo en otoño! Menos que estuvieran cerca de Santiago. De verdad, no tenía idea. Cuando Jorge me comentó de este cerro y empecé a ver fotos en internet, me fascinó y quise ir.
El día que fuimos, coincidió con que se celebraba el Día del Patrimonio. Es decir, era el último domingo de Mayo.
Durante la semana, hubo mucha lluvia en Santiago y parte de esa lluvia generó nevadas en el Cerro El Roble. Tuvimos la suerte y bendición de poder subir el cerro con nieve en algunos tramos. Ver los robles con sus hojas rojas fue un espectáculo de la naturaleza que difícilmente olvidaré. Una de las postales de otoño más lindas que he podido experimentar, sin duda.
El Roble de Santiago (Nothofagus macrocarpa) es un roble vulnerable y un colosal árbol hermoso. Se pueden ver en zonas como el Cerro El Roble, el Cerro La Campana (que lo veremos, está cerca), Altos de Cantillana (cerca de Laguna de Aculeo) y Altos de Lircay (cordillera de Talca). Viven en las laderas de cerros que no están expuestas al sol. Es curioso porque uno pensaría que los bosques tupidos solo se encuentran en el sur de Chile, pero NO, acá cerca de Santiago también hay.
El camino no es muy difícil de hacer a pie. Las personas que visitan el cerro tratan de subir lo máximo que se puede en el camino de autos y después proseguir la caminata. Hay unos guardaparques que te indican hasta dónde se puede subir (en nuestro caso, por la nieve, una buena parte no estaba habilitada).
Nuestro grupo estacionó cerca de las 12:30 horas y llegamos a la cima -bien lentos- cerca de las 15:30 horas. Siempre a un ritmo tranquilo, tomando fotos, comiendo bien. Para más detalles de la ruta, pueden consultar en Wikiexplora, ellos tienen información más actualizada y detallada.
Otro de los atractivos importantes del Cerro El Roble es que, en un día soleado y de buena visibilidad, tienes una visión privilegiada. En este caso, les puedo mostrar la mismísima Bahía de Valparaíso desde la ladera del cerro. ¡Es una genialidad poder visitar uno de los cerros más altos y bonitos de nuestra Cordillera de la Costa!
Se puede ver también la zona de Olmué, de Caleu, los valles de la zona, el vecino Cerro La Campana…
A medida que íbamos subiendo, además de tener más nieve también podíamos ver algunos animales, como un águila mora (¡qué emocionante fue ver eso!). El camino nunca dejó de ser hermoso y verlo con nieve fue una gran suerte.
Finalmente, si ya el camino había sido bueno. ¡La cima fue genial! Justo teníamos visión despejada hacia la Cordillera de los Andes. Fue la primera vez en mi vida que pude ver el Monte Aconcagua, además de conocer a un pajarito. En la cima hay una torre de radiocomunicaciones (Entel) y un antiguo Observatorio Astronómico de la Universidad de Chile (1967), el cual no está funcionando (el régimen militar lo suspendió) pero que podría volver a ocuparse.
Visitar este cerro literalmente le saca provecho al hecho de que Chile sea tan angosto. Desde aquí puedes ver el mar y la cordillera de los Andes, VES TODO EL PAÍS (a lo ancho, claro… porque de largo no jajajaja). Aparte, ves los robles, pájaros como esa tenca de alas blancas que estaba en la cima. ¡Todo es precioso!
La bajada también. Coronamos la visita con un atardecer mirando el Cerro La Campana, uno de los más conocidos y visitados de la Cordillera de la Costa. Todavía no voy, pero debe ser muy bonito. Ahí se encuentra la Palma chilena, árbol que está en peligro de extinción.
Un muy lindo paseo…
COMENTARIOS FINALES
El Cerro El Roble es un panorama muy recomendado (y no tan conocido) en las cercanías de Santiago. Lamentablemente no se puede llegar en transporte público, pero en vehículo o con una agencia como Jorge Excursiones puedes ir sin problemas. Desde que escribí mi paseo por primera vez en 2014 han surgido hartas experiencias y paseos de otros en internet. Así que material e información para ir… hay.
Personalmente, recomiendo ir en otoño. Es que es demasiado bonito. En primavera y verano el cerro debería tener los robles de color verde, que igualmente es muy lindo pero… nunca tanto como verlos de rojo. ¡Lo rico es que está cerca de Santiago y que subirlo no es nada complejo! Gracias a Ana también por apañar en esa vez, lo pasamos muy bien.
Ariel Cruz Pizarro
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“Confia en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, y confía en Él; y Él hará. Exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía” Salmos 37:3-6