Entrevista Alonso Garay, Escritor y Profesor de Lenguaje Instituto Nacional

Esta entrevista es particularmente LARGA, lo advierto para que el lector lo considere como una buena lectura de verano. Sé que aprenderán mucho de esta conversación con Alonso Garay, tanto en lo que refiere a su faceta de profesor y escritor, como también a otras cosas de la vida.

La conversación fue realizada el día 09 enero 2018, en el sector de Parque Bustamante. Espero sinceramente que la disfruten mucho. Yo lo pasé muy bien y le estoy agradecido por todo el tiempo que se dio para responder este extenso cuestionario. Es probable que vean más entrevistas de escritores a futuro, siempre la idea del blog es ir apoyando mis pretensiones profesionales y poder aportarles cosas que no van a ver en otros medios.

INDICE DE ENTREVISTA

    1. Presentación
    2. ¿Qué te motivó a estudiar Pedagogía y cómo es el ejercicio de ella?
    3. ¿Qué consejo le darías a los nuevos postulantes de Pedagogía?
    4. ¿Cómo es ser cuentacuentos? ¿Cómo te acercaste a esa actividad y qué experiencias memorables has tenido en ella?
    5. ¿Cuál ha sido tu camino en el ámbito de la escritura y cómo fue el proceso de publicar por primera vez para ti?
    6. ¿te parece complicado publicar y vender libros? Pensando en alguien que está pensando en publicar su primer libro
    7. Dentro de tu experiencia, ¿puedes contarnos cómo has publicado?
    8. ¿Cómo ha sido para ti todo el proceso del libro Recordar es Vivir: Conversaciones con el Tachuela Grande? Habías contado que para ti era un anhelo de niño conocer cómo era el circo por dentro, ¿cómo fue todo eso para ti?
    9. ¿Cómo ha sido para ti la exposición mediática? Es muy distinto con respecto a los otros libros que has publicado
    10. ¿Tienes alguna terna con libros favoritos o que recomendarías?
    11. ¿Hay alguna receta para sobrevivir a estudiar, trabajar y escribir a la vez?

1. Presentación

Alonso Garay Silva

Mi nombre es Alonso Garay Silva, soy Profesor de Castellano, Licenciado en Educación, cuento con un Diplomado en Cultura de la Información, Sociedad y Comunicación Digital, uno en Literatura Infantil y Juvenil, el próximo año, en abril, defiendo mi tesis del Magister en Educación con mención en Liderazgo, ya entregué mi proyecto final con muy buena calificación.

Soy escritor de la novela «No quiero que te apartes de mí» y escritor de este nuevo libro que estamos promocionando: «Recordar es vivir: Conversaciones con el Tachuela Grande«.

2. ¿Qué te motivó a estudiar Pedagogía y cómo es el ejercicio de ella?

Yo quería estudiar Pedagogía quizás desde siempre, lo que pasa es que en la Enseñanza Media empecé a mutar un poco entre lo que quería ser. Quería ser profesor de Historia, de Música, yo ahí la verdad quería ser profesor de Música. Pero, cuando quise entrar a estudiar, mi mamá me dijo que no iba a pagar Música, si bien la universidad la pagábamos a medias, yo tampoco tuve mucha convicción para decidirme a estudiar Música.

Ahí escogí lo que más me gustaba dentro de lo que menos me gustaba, lo que sentía que podía darme una chance porque no tenía mucha afinidad a pesar de que ya escribía. Pero yo no lo tenía en mente, como «soy escritor«…

Uno lo ve como muy teórico

Claro, sí. Entré a estudiar y ahí se me abrió el mundo, me di cuenta de muchas cosas: que me gustaba, que me era fácil, que en la universidad fui ayudante por eso mismo. Yo creo que fue un bonito accidente, podría no haberme resultado y estaría odiando la carrera al primer año, pero entré a estudiar porque sentía que me era fácil explicarle a otro, tengo la vocación de ser profesor también, estaba mi corazón frente a eso y he tenido mucha suerte también para conseguir lo que siempre he querido, trabajar en el mejor colegio de Chile.

Trabajar en el Instituto Nacional era un objetivo que yo tenía desde varios años en la universidad. Yo sabía que la universidad mandaba practicantes. Al saber eso, yo me esforcé para poder postular. Por cosas de la vida me mandaron para el colegio pero yo también nunca pensé que me iba a quedar, y me quedé. Soy el único practicante de mi universidad que se ha quedado trabajando en el colegio. Eso es motivo de orgullo, pero también que uno se siente contento con las apuestas que hace.

Uno hace una apuesta, yo estaba dándolo el todo por el todo, pero si no resultaba -y había amplias posibilidades de que eso sucediera… la vida es así, más que nada así comenzó todo, sigo trabajando como Profesor.

¿El ejercicio es muy distinto de cómo uno lo piensa estudiando en el aula?

No sé si es distinto a lo que uno se imagina porque uno fue al colegio. Uno sabe cómo los profesores se relacionan, y uno también entiende cuando es profesor. Entiende cómo relacionarse frente a los alumnos ante ciertas situaciones. Uno trata de no replicar las malas experiencias que tuvo, pero también es divertido.

Por ejemplo: yo me encuentro con el profesor de Educación Física, Patricio Ancán, y él fue mi profe en el otro colegio donde yo estudié. Entonces ahora somos colegas, es divertido. También me he encontrado con la profesora María Gabriela del Liceo 1, estábamos en una marcha, y ella me hizo Lenguaje en la Media.

Conocer el lugar oculto de los profesores también, la sala de profesores, lo que pasa y lo que no pasa.

Sí, eso también. Yo recuerdo cuando estuve en el Departamento de Lenguaje, poder tomar café con los profes…

Profes que te hicieron clases, es distinto…

Profes que los ves tan distintos de cómo son en la sala…

Claro, tú los ves en otro contexto totalmente diferente. Eso también hace que uno se sienta distinto.

¿Y has visto alguna fórmula o un método de trabajo que te funcione para trabajar con los niños?

Sí, yo igual creo que soy un profesor villano. No me creo un profesor benevolente, al contrario. Mi idea es siempre hacer partícipe al alumno de la clase, a qué me refiero con esto: los profesores generalmente hacemos -yo también lo hago sin darme cuenta- monólogos de un tema. Yo me he dado cuenta -y esto lo aprendí en el ejercicio- que mientras más los hagas participar, interactuar y decir cabezas de pescado, más se involucran y más te colocan atención.

Reconozco que soy un agradecido de tener una particularidad, todo lo que hablo lo cuento como si fuera una historia. Como que siempre les estuviera mintiendo o diciendo algo que puede ser verdad y no, como cuentacuentos 24 horas del día, sobre todo en clases. Eso también engancha a los alumnos y yo juego mucho con el tema de la inferencia, de las habilidades literarias, eso mantiene.

Lo principal en todo caso es ser honesto con los estudiantes, ser directo y concreto. Los estudiantes también son personas, cometen errores y uno también los comete. Cuando uno se equivoca, tiene que pedir las disculpas del caso. Yo no soy como los profesores de antaño que te decían «esto es así porque lo digo yo«, no es mi caso. Yo creo que uno debe tener disposición a innovar, a conocer experiencias nuevas e instancias: los cuentacuentos, los wikirin, los kamishibai (teatro de papel japonés), atreverse a hacer cosas.

Yo podría morir en el colegio solo haciendo guías, ni siquiera explicando lo que tienen que hacer en la guía, entregándola, revisándola y chao. Pero uno también se aburre. Imagínate, si ellos están aburridos, imagínate cómo estoy yo. A veces yo me he encontrado en la sala pensando «y qué estoy diciendo» cuando a mí me gustaría otra cosa, imaginar una sala de aprendizaje como en Google donde todos están vueltos locos, desordenados y el profesor funciona como un guía del conocimiento.

Yo disfruto cuando vamos a «la Jungla» (un patio chico del colegio), el poquito espacio verde que tenemos, ahí nos expandimos y la gente trabaja en grupos. Generalmente hago eso para las obras teatrales, ahí necesitamos espacio, sobre todo en este tiempo como el verano. Estar sentado en los pupitres empotrados nunca ha sido agradable, y menos en el verano.

3. ¿Qué consejo le darías a los nuevos postulantes de Pedagogía?

Alonso en una de las salas del Instituto Nacional

Que no estudien, somos muchos y no te subas a este bus (risas). No, mira, yo voy a ser honesto. No sé si sea el más indicado para decirlo. A pesar de que he trabajado en muchos colegios desde muy temprano, por ejemplo mientras estudiaba trabajé en un colegio de la COREDUC, trabajé en un colegio particular haciendo talleres de PSU y SIMCE, de alguna manera conozco las realidades, pero…

Yo me siento un afortunado porque estoy en un buen lugar, no tengo un mal sueldo, pero es una realidad bien particular y aislada en relación a la realidad del país. El que quiere estudiar Pedagogía tiene que tener muy claro que no va a ser rico, soy muy enfático en eso. A pesar de que la carrera docente ha presentado mejoras considerables para el sueldo de los profesores, no quiere decir que el profesor pueda darse la gran vida. Los abogados estudian los mismos años que nosotros y ganan el triple, o incluso más que el triple de lo que nosotros algún día vamos a ganar.

El que quiere estudiar Pedagogía tiene que hacerlo por vocación, no solo por la especialidad. Si es por la especialidad, es mejor que estudie otra cosa. Si le gustan las matemáticas, es mejor que estudie una Ingeniería o si es humanista que estudie una Licenciatura, pero que no elija Pedagogía por la especialidad. Lo digo porque la Pedagogía tiene otras cosas que no son solamente la especialidad, tiene trato directo con los alumnos y con una comunidad escolar. Hay que pensarlo bien.

Poema de un estudiante anónimo

Todas las personas son distintas, tienes que tener un trato distinto, entonces hay que tener mucha paciencia, mucha perseverancia. No es una carrera fácil, ninguna lo es, pero la de nosotros amerita mucho más dedicación. No trabajamos con números, no trabajamos con cifras, no trabajamos con objetos, no trabajamos midiendo un terreno. Todo eso es importante, pero nosotros trabajamos con personas que cada día tienen un ánimo distinto, tienen una problemática distinta, que tal vez no almorzaron, que tal vez no tomaron desayuno, o quizás tienen problemas en su casa, entonces todo eso hay que saber sobrellevarlo en el día a día.

Es imposible, por muy villano que yo sea en clases, que a fin de año no sienta cariño por los estudiantes. Mi condición de humano me obliga, uno genera lazos. De que es gratificante, que se va a divertir, que lo va a pasar bien, que va a tener aventuras, de que tal vez cada día será un capítulo nuevo en su vida, lo va a ser. Ahora, que todos los días tenga una cifra en su cuenta, no lo va a ser.

Nosotros ahora estamos algo jodidos porque hay que hacer libros, o estudiar Magister, para poder «aumentar» nuestra tarifa o precio, pues no somos actores de cine. A mí me han ofrecido varias opciones de trabajo y no se acercan a lo que yo estimo, aunque me ofrezcan más de lo que estoy ganando. Pero no las tomo porque hay otras condiciones de por medio.

(*) Aunque no siempre estas cifras son representativas. Según MiFuturo.cl, los Profesores de Lenguaje y Comunicación reciben alrededor de $600 – $800 mil al 4° año de egreso, con una empleabilidad que ronda entre el 70% y 90% dependiendo de la universidad. A su vez, Pedagogía (Profesor) es la carrera con menor prestigio social entre los estudiantes.

4. ¿Cómo es ser cuentacuentos? ¿Cómo te acercaste a esa actividad y qué experiencias memorables has tenido en ella?

Debo reconocer que ser cuentacuentos es algo que tengo un poco botado, hago muchas cosas y este año quiero retomarlo. Como se me hacía fácil escribir, desde niño, se me hacía fácil también ser payaso, pero no en el sentido de circo sino que en ser bromista, soy muy burlesco y lo reconozco, se me ocurren bromas muy rápido, es algo que he pensado «cómo me pasa» y no sé, me fluyen. Sin ni siquiera pensarla, tengo la broma lista, llegan a mí, soy como un imán de bromas.

En cierta manera eso es improvisación, y sentía que me era fácil hacerlo y me servía para mi ejercicio. Todo partió cuando -no me acuerdo en qué ramo- teníamos que hacer una innovación. A nadie se le ocurría nada, yo me dije «soy bueno para esto» y empecé a hacer una clase de las habilidades lectoras a través de historias, a partir de ahí me di cuenta que era bueno para eso, o creía que era bueno.

Después fui viendo videos de otros cuentacuentos, de cómo lo hacían. Estar en el Circo de Los Tachuelas me ayudó mucho a aprender lo que tienen los payasos, de la improvisación y la dinámica cotidiana, dinámicas que ellos hacen con el público también las pude aprender, entonces… es algo que a mí me ayuda a desenvolverme, a tener otra área, en algún momento incluso trabajé como cuentacuentos.

Para mí es fácil, me es entretenido, me gusta. Para mí hablar es lo más sencillo de la vida. Contar historias, emocionar, es bonito. Tal vez una experiencia memorable o no sé si memorable pero que me ha traído satisfacción es el «invéntate un cuento«. No sé si haya más gente que lo haga, debe haber. Así como en las micros se suben músicos o raperos pidiendo palabras, y ellos hacen una canción con eso. Yo decía «bueno, nosotros podemos hacer un cuento con palabras«.

Un día tenía clases en un curso, 7°I 2015, ahí yo hice el «invéntate un cuento». Todos los chiquillos me dieron palabras, pero había uno que me dijo «profe, si yo hago el invéntate un cuento, ¿me sube la nota?» porque antes había tenido una mala nota en una prueba. Yo lo quedé mirando y le pregunté cómo lo iba a hacer. «Haciéndolo, como usted«. Ya, le dije que sí, le pasé el plumón pensando en que no lo iba a hacer o era broma.

Él pidió como 30 palabras, era séptimo básico, tenía como 12 ó 13 años, Tomás Lizama te mando un saludo si me estás viendo o leyendo. Hizo una historia espectacular y después la presentamos en la Biblioteca del colegio, invitamos público y eso también está en internet. Yo le dije a él algunos patrones, pero en realidad no teníamos nada pauteado. Fuimos preguntando al público: papás, mamás, estudiantes, etc. El chico hizo una tremenda historia y eso es el regocijo de la pedagogía, ver que lo logran.

Lo demás han sido aplausos, me presenté en La Casa en el Aire. Eso es bonito, pero es para mí. El cuentacuentos no lo hago para mí, lo hago para la gente.

5. ¿Cuál ha sido tu camino en el ámbito de la escritura y cómo fue el proceso de publicar por primera vez para ti?

Necesidad Melódica, el primer libro real de Alonso Garay

Es larga la respuesta. Para contar la historia, el año 2010 yo estaba pololeando, yo sé que me odias Jenny pero te mando un saludo, te recuerdo con cariño (risas). Bueno, estaba pololeando con ella y cuando más pequeño, a los 15 años, yo conocí una niña que en esa edad de tonto, de quinceañero, uno se enamora como el triple de lo que realmente es. Con esa niña, yo sentía que era como el mundo para mí, como que era la mujer de mi vida… a los 15 años claro. Yo le hablaba y por algunos motivos nos alejamos, nos separamos.

El año 2010 estaba pololeando y cuando entré a estudiar en ese año, me encuentro con ella de nuevo en la universidad. Yo me acuerdo que la vi pasar y quedé como congelado, ahí me empecé a cuestionar. Estaba esa mujer que de niño y ya siendo más grande -yo tenía 20 años ahí- todavía me hacía sentir cosas, me pasaban cosas. ¿Le digo o no le digo?

Me conozco. Yo sabía que si yo le decía algo a esa niña, se acababa mi pololeo aunque ella no aceptara estar conmigo, aunque no me dijera nada. Yo lo sabía, entonces, como caballero que soy (risas), no es que lo estuviera pasando mal tampoco, sabía que si daba un paso era incorrecto y daba un paso para poner todo el cuerpo encima de ese paso. No lo iba a dar para devolverme. Yo me omití todo ese año, la veía y nada, pero por cosas del destino (y no por este asunto), terminamos el pololeo a finales de año y en el 2011 yo estaba libre.

Libre en el sentido de que no había nada que me atara para poder hablarle. Hice eso, le fui a hablar, y yo me enamoré, me embobé mucho, mucho, pero ya más grande que era peor. Cuando chico uno lo puede entender, pero cuando uno es grande, uno dice «viejo, ya, pero cálmate«.

Estaba en esa situación y me sentía muy ahogado, sentía que lo que me estaba pasando no se lo podía contar a nadie. ¿Cómo le digo a mi amigo que estoy tan enamorado? Me iban a tratar de cabro chico, de loco, entonces un día, más por desesperación, hice lo que las personas dicen que hacen: escribir.

Yo ya escribía de antes, pero escribía canciones, nunca le había tomado importancia, aparte que ser escritor no es una facultad de algunos, todos somos escritores, todos, todos hemos escrito algo alguna vez. La diferencia está en que nosotros nos dedicamos más a eso. Empecé a escribir una historia con lo que me pasaba, empecé a darle harto rodaje porque tenía tanto que decir, me salieron muchas páginas.

Nunca pasó nada con la niña, no me quiso, pero si no me quisiste así, que no me busque ahora (risas). Un beso para ti, Alicia (risas). Al tiempo tomé ese archivo y dije: «si esto lo hago novela«, pero por tontear. Ahí partió el primer libro que se llama «Necesidad melódica«, después que lo terminé, yo lo leo y está en internet. Se puede comprar pero me da un poco de vergüenza, lo quiero eliminar, no sé por qué todavía no lo saco, porque es mi primer libro y ahí partió.

Hay gente que le gusta, me hablan de él. Personas me han escrito, me siguieron desde el inicio, como que me dicen que lo saque o lo arregle, que les gustó. Pero yo como que di vuelta la página en relación a eso.

Ahí, ¿cómo fue que lo editaste?

Hay una página que se llama autoreseditores.com, ahí te enseñan todo de manera bien artesanal, tampoco digamos que es la gran producción. Ellos lo hacen en Colombia, tú compras los libros y los traes. Ponte tú, me salía $7 lucas y me salía más caro el envío que el libro mismo. Ahí mandé a hacer algunos y los tuve en mis manos, hay gente que lo compró por internet y le llegó a la casa.

Ahí me di cuenta que la cosa no era fortuita, que me gustaba. Después hice otro libro, lo tengo listo, de hecho pienso lanzarlo de manera digital de forma gratuita, quiero meterme a Wattpad y aprender sobre esa plataforma. No sé si da para otro libro pero lo tengo listo.

No quiero que te apartes de mí, primer libro oficial de Alonso Garay

El tercero es «No quiero que te apartes de mí«, ése fue el que publiqué y lancé. Yo creo que las cosas en la vida pasan por algo, o sea, yo entré a estudiar algo de lo que no estaba seguro, que no me convencía para nada, y mi vida cambió rotundamente con eso. Yo conocí a esta chica, Alicia, y cuando la conocí también cambió mi vida. Con eso me di cuenta de algo que me ha traído mucha satisfacción y que dio un vuelco en mi vida totalmente, a hacer cosas que nunca imaginé y estar en lugares o situaciones en las que pienso, ¿qué hubiese pasado si no me hubiese cruzado con ella de nuevo? A lo mejor, hubiese pasado otra cosa. Tal vez nunca hubiera despertado, por eso me gustaría encontrarme con ella, invitarla a un café y darle las gracias.

Sin ella, yo sigo pensando que a lo mejor hubiera pasado otra cosa. Pero no pasó otra cosa, pasó esto, empecé a escribir y me siento contento con lo que he conseguido. Siento que soy un agradecido de la vida y gracias a Dios que con mucho esfuerzo y siendo humilde, he conseguido lo que he querido, siempre. Pero también ha sido porque he tenido la suerte de mi lado, o ha estado Dios de mi lado, porque también yo siempre he pensado que vivo una vida que nunca pensé que viviría.

Por ejemplo, yo soy el primer profesional de mi familia. Yo era flojo para ir al colegio, no me gustaba. Cuando yo dije que quería estudiar, en mi familia me miraron como «¿y tú vas a estudiar?«, y yo lo encuentro lógico, a mí no me iba bien. Pero cuando entré a la universidad, se me abrió el mundo y me cambió la percepción, me puse «inteligente«. Es parte de la vida, quizás qué viene en el camino.

6. Alonso, en tu opinión, ¿te parece complicado publicar y vender libros? Pensando en alguien que está pensando en publicar su primer libro.

En el Circo de Los Tachuelas

No te puedo decir que es fácil, porque no lo es, para nada. Hay que luchar. Este libro, el «Recordar es vivir: Conversaciones con el Tachuela Grande«, siendo el libro que es y con lo bueno que es, que ha tenido éxito, me cuesta un mundo pelear con las grandes editoriales. Imagínate en la FILSA (Feria Internacional del Libro de Santiago), yo decía «¿y cómo impresiono?«. Yo soy un agradecido de Gastón Maluenda, que idea que tenía… yo soy loco, pero él también es más loco que yo. Entonces yo le decía «pongamos un árbol» y él decía, «mejor una palmera«. Contaba con ese apoyo.

Cuando yo voy por primera vez, porque me citan de la FILSA antes para hacer un reconocimiento de dónde iba a ser el lugar. Yo voy y veo que los stand de Grupo Planeta, de Aguilar que tiene Alfaguara y otras editoriales más, eran unos monstruos. El stand de mi distribuidora -que con mucho cariño agradezco el trabajo que han hecho- estaba en el lado de atrás y eran 2 stands, humildes y bonitos, pero muy pequeños al lado de los grandes titanes. Estando ahí, yo decía «¿y cómo lucho con estos tipos?«.

Gastón Maluenda y Alonso Garay con el libro Recordar es Vivir

Gracias a Dios, después llevamos un convite que salió desde el Mercado Central. ¡Más de 100 artistas de circo! Dimos una vuelta con banda, dejamos la historia en la FILSA, hay videos de eso. Si tú vas a pensar en hacer un libro para hacerte rico o best-seller, puede ocurrir pero la verdad es que la estadística dice que es 1 en 1.000.000, si es que no es más.

Los que logran escribir no ganan mucha plata, el mismo Pablo Simonetti. Siendo quién es, con renombre y que todo el mundo lo conoce, tiene varios libros a los que les ha ido bastante bien, él mismo dice que «yo no gano con los libros, gano con las charlas y las conferencias porque con los libros gana el 10%«. Piensa que el libro vale $10.000 y él recibe el 10%, pero él no recibe el 10% de eso, recibe el 10% de la ganancia. Si la ganancia son $5.000, él gana $500 por libro. La diferencia está en que él vende mucho, pero aunque vendas mucho es poca plata.

Libros Recordar es Vivir: Conversaciones con el Tachuela Grande

Para ser escritor hay que tener ganas de escribir, ganas de plantear una idea, pero nunca teniendo el foco de ganar dinero. Publicar es un gran anhelo y ahora hay muchas formas, antiguamente no existían las maneras que hay ahora. Hoy el problema no es la publicación, es la publicidad de tu libro. Ese es un problema con que los escritores emergentes, escritores autopublicados y editoriales pequeñas tienen que luchar día a día para sobresalir un poco y poder mostrar lo que tienen.

La persona que lo quiera hacer, que lo haga. Hay que ser loco para ser escritor, sin duda, por todo lo que conlleva, por todo el trabajo que implica. A mí me han pagado por este libro (refiriéndose al libro Recordar es vivir), pero nunca me han pagado lo que yo hice como escritor. Me han pagado todo lo demás, han pagado diseñadores, fotógrafos, diagramadores, distribuidores, libreros, todos han ganado. Pero el trabajo del escritor nunca se paga, yo no tengo precio como escritor, no te puedo decir «mira, yo quiero ganar $10 millones por este libro«. Al fin y al cabo, yo estoy a lo que sobra.

Lo que cae es lo que me corresponde a mí.

Y es paradójico porque es uno quien lo hace y echa a andar la rueda

¡Sí! Justamente es paradójico. Es parte de la regulación en Chile, del tema del IVA. Si el IVA no existiera -aunque debo decir que es el 19%, para un libro que sale $10.000 es $1.900- igual los libros son caros, ese libro de ejemplo que te digo costaría $8.100, no deja de ser caro. Si bien sería un aporte que eliminaran el IVA para los libros, no es la solución de fondo.

Es un tema de hábitos, de compra, de ventas, de la regulación del librero, del escritor, etc. Si yo quiero regalarte este libro, te lo regalo porque tengo buena intención y buena onda, y porque te lo quiero regalar por el motivo que sea, pero a mí me carga que me pidan libros. No es que sea de egoísta, pero la mayoría de las personas ve los libros como si fueran un chiche, como para ponerlo de adorno y ni siquiera lo leen. Cuando me piden libros de regalo, yo siento que el que lo pide no valora el libro.

7. Dentro de tu experiencia, ¿puedes contarnos cómo has publicado?

Parte del libro Recordar es Vivir

Yo creo que siempre ha sido un tema de conocimiento, de ir descubriendo etapas. Para bien o para mal, la mirada sobre los libros nunca la puse sobre los libros, la puse en mí, en potenciarme como producto o figura. Al fin y al cabo, este libro pasa pero yo voy a quedar. Y probablemente sacaré otro libro que no será igual que éste.

Primero partí haciendo una novela que tenía casi lista. Después dije, ¿cómo me hago conocido? He hice un blog. Todas las semanas publicaba cuentos y me servía a mí para soltar la mano. Porque también, todo se centraba en quién hacía la historia, no en el blog propiamente tal porque uno ve el blog de Ariel, pero no buscas las entradas escritas por Ariel (o por otros autores en un blog).

Después empecé a ver cómo lo publico. Empecé a ver en internet lo que era la autoedición, vi películas sobre la autoedición, vi cómo en Chile algunas editoriales pequeñas como Forja o Mago te cobraban por hacer un libro, que yo con el tiempo vi que era una plata millonaria en relación a la calidad de libro que hacen, me hago cargo de lo que digo porque también publiqué con una de ellas.

Con Mago Editores, publiqué un cuento (dentro de una antología con varios autores) por el que no tuve que pagar tanta plata pero encontré que el tratamiento que le daban era puro negocio, fíjate que el lanzamiento fue un 31 de diciembre, prefería que no lo lanzaran a hacerlo así, aunque fue en la Sociedad de Escritores. Yo sentí que fue una falta de respeto porque lo tiraron un día en que nadie fue, como para sacarse el cacho de encima. Cero promoción, ni siquiera el libro estuvo a la venta. Lo hicieron por cumplir, era un negocio para ellos.

«No te apartes de mí» en Librería Que Leo del Parque Forestal

A todos (los autores) nos pedían una cantidad de plata. Igual yo lo entiendo, no los juzgo, porque también está la ansia de verse en un libro, de sentir que es un escalón más y que puedes seguir avanzando. Ahí parte. Después yo me puse más profesional con La Trama Editores. Me sumé al proyecto que estaba formándose y darle forma a lo que yo quería también, tener libros profesionales con ISBN, con un registro, que pudiera distribuirse, que tuviera un valor, que pudiera vender, que tuviera lanzamiento.

Nosotros lanzamos «No quiero que te apartes de mí» el 19 de Julio, en la Sala América de la Biblioteca Nacional. Todo eso yo sentía que era un trampolín. Cuando estaba haciendo ese libro, ya estaba haciendo éste (refiriéndose a Recordar es Vivir). Yo no quería debutar con Recordar es vivir, quería debutar con el otro para que después no dijeran que el Recordar es Vivir fue hecho por un «debutante». En realidad, yo ya era un escritor con experiencia y que tenía libros.

Lily del Pilar, joven escritora chilena

Esto de publicar libros tiene muchos caminos, porque ahora hay plataformas digitales como Wattpad. A Lily del Pilar, a quien tengo la oportunidad de conocer, publicó su primer libro sin afán de nada en Wattpad, y le va super bien, ha tenido éxito de ventas. La gente podrá dudar de su calidad quizás, pero ahí está y es a lo que voy yo, hay que hacer las cosas. A la gente no le gusta Isabel Allende en Chile, pero es ella la que tiene una fila de gente en Miami esperando su libro. Hay que hacerlo, hay que estar ahí.

Como te decía, hay muchas alternativas, hay alternativas digitales, alternativas gráficas, con plata baila el mono dice el dicho popular. Si hay plata, no habrá problema para sacar un libro. Ahora, el sueño del escritor que toma su libro y lo va a dejar a la editorial, es difícil. Yo también fui a dejar el mío y quedó arrumbado junto con otros libros que esperaban a ser leídos y tener la posibilidad de ser el 1 en 1.000.000.

Al final es así, los que somos escritores lo somos por resiliencia

Claro, es por resiliencia. El que quiere hacer un libro tiene que tener claro que si gana plata, que bien, me alegro mucho, pero en Chile no es lo usual. En Chile no da para ser o vivir de ser escritor. En realidad, no creo que en ninguna parte del mundo, yo creo que la única chilena que vive de los libros es Isabel Allende, ningún otro. Ninguno, ni un Zambra, ni un Ortega, ni un Baradit, nadie puede decir que vive de los libros en Chile. Venden mucho pero no es suficiente.

8. ¿Cómo ha sido para ti todo el proceso del libro Recordar es Vivir: Conversaciones con el Tachuela Grande? Habías contado que para ti era un anhelo de niño conocer cómo era el circo por dentro, ¿cómo fue todo eso para ti? 

El libro se lanzó en Octubre 2017 y la FILSA fue en Noviembre 2017. Lo único que puedo decir es que ha sido un gran regalo de la vida en todo aspecto. Piensa que yo antes de escribir este libro, antes de considerarme amigo del Tachuela Grande y de su familia, yo era un admirador que iba todos los septiembres al circo a disfrutar del espectáculo. Para mí era mi ídolo. Cuando tú tienes a tu ídolo y le puedes preguntar todo lo que siempre quisiste preguntarle, todas las dudas, que te muestre fotos, conversar, ir para allá y para acá, eso ya es alucinante.

Conocer el circo más importante de este país fue más impresionante. Yo lo conocía como espectador, pero conocer la interna, cómo funciona, los problemas que tiene, son vivencias que probablemente si hago un libro de memorias algún día (o algún otro joven Alonso me hace un libro a mí), yo voy a contarlas porque han pasado cosas maravillosas. Yo siempre lo he dicho, soy un agradecido totalmente de lo que he vivido con la familia Maluenda y lo que ha provocado este libro.

Ha provocado cosas que jamás pensé vivir, he conocido gente que jamás pensé en conocer, he estado en lugares que jamás pensé que estaría. Todavía tengo fechas de promoción en ciudades donde tampoco pensé ir. A mí este libro me cambió la vida, en todos los aspectos. Me cambió la vida en aspectos sentimentales, emocionales, monetarios, mi vida dio un giro en 180°. Yo no sé si con eso describo lo que siento, no tengo una palabra para definirlo.

Con varios estudiantes haciendo de circo en el Instituto Nacional

Y lo que me pasó en el tiempo de creación de este libro también. Fue entretenido pero fue muy difícil. Tuve que estar luchando con el financiamiento, en algún momento el libro casi no sale porque no tenía la plata, pero gracias a una familia amiga que me ayudó pude sacarlo adelante, un saludo para ellos, los Pereira, que se la jugaron y creyeron en mí. Eso es lo que más valoro y estoy tremendamente agradecido.

No soy solamente yo haciendo este libro. Muchas veces soy el director de la orquesta, fui el director de la orquesta, pero tenía a gente trabajando conmigo. Yo quería que el libro saliera tal cual: el tamaño de la letra, el tipo de letra, algunas páginas en papel couché. Aquí hay gente que tomó fotos, gente que limpió las fotos, gente que diagramó, gente que revisó. Hay 5 – 6 personas trabajando en este libro.

Trabajé con gente que se la jugó, que confió en el proyecto. Y el apoyo incondicional del Tachuela Grande porque ellos nos financiaron el libro, este libro lo hice yo por mi cuenta, no es un libro institucional, no es una memoria ni un libro que viene desde el circo de Los Tachuelas. Es un libro mío como aporte a la cultura chilena. Yo doy gracias al Tachuela Grande por creer en mí desde el primer momento, a la familia Maluenda, a mi familia por soportarme. No fue fácil, pero aquí estamos con la pega hecha.

El backstage igual es sacrificado. Tú ibas al circo en cada fin de semana, aparte que eras profesor

Todo el esfuerzo devino en un libro

Sí, era fin de semana, iba al circo donde estuviese, volvía el domingo y el lunes tenía que estar como si nada en el colegio. A pesar de que lo pasaba bien, igual era acostarme tarde, viajar es desgastante y yo estudiaba mi Magister, yo lo pienso ahora y no sé cómo lo hice, no me siento capaz de volver a hacerlo.

Y en ese año fui más loco porque hacía este libro que ya me hacía viajar casi todos los fines de semana, transcribirlo durante la semana para llegar con nuevas preguntas, hacer el Magister, estudiaba los sábados el diplomado de Literatura Infantil. Todo ese año fue así, el 2016. En 2017 ya estaba sin el diplomado, pero tenía todo lo demás. Ahí me pregunto de dónde saqué energía y de dónde saqué plata para hacerlo. No sé, Dios siempre está conmigo y me siento afortunado por eso.

Es un verdadero sueño cumplido, por eso cuando me preguntan en entrevistas, ¿qué vas a hacer ahora? Ya hice lo que quería hacer, hay unos proyectos en mente pero son cosas que vendrían de regalo, porque yo ya cumplí mi sueño. No tengo algo que yo diga «tengo que hacer esto» para ser feliz.

9. ¿Cómo ha sido para ti la exposición mediática? Es muy distinto con respecto a los otros libros que has publicado

Alonso Garay en Diario La Segunda

No es que me pasa que todos los días alguien me reconoce en la calle, eso no. Pero sí me ha pasado algunas veces, la gente con respeto se acerca y te dice «el otro día lo vi, usted es el que hizo el libro del Tachuela…«. Mediáticamente para mí ha sido normal, yo nací para ser estrella (risas). He salido en el diario, he dado entrevistas en distintos medios, para el día del lanzamiento los focos estaban puestos en mí, etc. Yo nunca sentí que fuera una molestia. Al contrario, lo sentía como una oportunidad, que bueno que esté pasando porque se realza mi nombre como escrito y ayuda.

Con esto, se vendieron más libros de «No quiero que te apartes de mí» y viceversa, a pesar de que este libro tenía menos público que el libro del Tachuela. Mediáticamente me he sentido cómodo, pero hay que tener cuero de chancho para muchas cosas. Ahora estamos haciendo unas gestiones políticas por el tema de los Tachuelas en Conchalí y he tenido que estar en el Concejo Municipal, me he enfrentado a situaciones que no sabes de dónde salen, pero ahí están.

Si uno quiere entrar en este juego, porque yo sabía lo que estaba haciendo, nunca dije «ah, voy a hacer un libro de un payaso«. Yo sabía lo mediático que iba a ser, no era inocente frente a eso y sabía también de quién estaba haciendo el libro, que el libro iba a traer prensa, iba a traer fotos, carteles, etc. Puedo decir que me preparé mentalmente para que ocurriera eso.

No te miento de que al principio cuesta, mi teléfono sonaba a cada rato. Viviana Salazar, también le mando un abrazo, ella estaba pendiente de mi teléfono y de mi agenda porque me estaba volviendo loco. Es mucho ajetreo y poco tiempo, piensa que yo traté de nunca descuidar mi trabajo y ahí ocupo mucho tiempo. Yo lo asumí como parte de y me sentía muy cansado pero contento porque era la apuesta que quería.

10. ¿Tienes alguna terna con libros favoritos o que recomendarías?

María Luisa Bombal. Imagen: Wikimedia

Buena pregunta. Sí, si tengo. El primero en mencionar sería El Gran Gatsby de Francis Scott Fitzgerald, es un libro que me gusta mucho. María Luisa Bombal como autora, encuentro que es extraordinaria, es el castigo de Chile no haberle dado nunca el Premio Nacional de Literatura a una escritora como Bombal porque no tenemos otra como ella.

Por muchas razones, tal vez no hay muchas mujeres destacadas en el ámbito novelístico, hay que ser honesto frente a eso. Y Bombal es la que viene a romper ese esquema cuando hace La Amortajada. No puedo decir el libro tanto porque son libros bastante breves, La Amortajada, La última niebla, los cuentos de El árbol, María Griselda, pero Bombal para mí es extraordinaria, chilena y tiene toda una historia también.

Yo me imagino que ella murió en el Hospital Traumatológico sin nadie que le tomara la mano, que lástima no haber podido ser yo para reconocer un poco a esa artista, a la genio que fue, que era obsesiva sin dudas, el amor a ella le tocó mucho. Ahí tengo 2 autores que son muy distintos entre sí.

Alejandra Matus. Imagen: Twitter /alejandramatus

De No ficción, me gusta Alejandra Matus, ahora sacó un libro sobre las AFP que no he podido leer pero lo tengo comprado ya, bueno también está El libro negro de la justicia chilena. Otro libro que me leí con mucha calma y me impactó bastante fue Doña Lucía, que cuenta la historia de Augusto Pinochet y Lucía Hiriart.

Ahora, también me gustan mucho las novelas juveniles. Por ejemplo, Bajo la misma estrella que lo encuentro liviano y que tiene un trasfondo, que entretiene, que cumple un rol tal vez moralizante, pero está bien. Como hice el diplomado de Literatura Infantil y Juvenil, también es parte de mi área. Ahora leí un libro que se llama Y si quedamos como amigos de Elizabeth Eulberg, es bastante interesante. Son libros que son de la nueva literatura.

Yo siempre digo que en 200 años más estarán estudiando las 50 Sombras de Grey. Ahora a nosotros nos parece chistoso, pero en 200 ó 300 años más van a generar un tipo de literatura, un tipo que existe por cierto, porque no podemos ser ciegos. La literatura erótica existe, y autoras chilenas también hay. Y autoras españolas hay. Y hay un movimiento frente a eso que puede uno cuestionarlo o no, que te guste o no, pero que está.

Y quizás en 200 años más estaremos hablando de que existía y que las 50 Sombras de Grey provocó algo. Personalmente, a mí no me gusta pero no puedo desconocer que el libro ha vendido algo y si la gente lo compra es porque algo tiene que decir. Yo no soy tan categórico como mis colegas que son como «leamos lo clásico, La Iliada«, yo creo que hay mucho más que eso que, sin desmerecer a esas obras importantes.

Si los alumnos no leen, no leen lo que nosotros queremos que lean, pero no porque no quieran leer. De leer, ellos leen todo el día en Facebook, en su Whatsapp, en Twitter, y eso es lectura.

También tenemos alumnos que leen en otras plataformas, que leen en Wattpad, o leen fanfic, o leen otro tipo de escritos…

Exacto, y lo encuentro lógico. Me gusta mucho Truman Capote cuando hace su ensayo del camaleón, o cuando uno lee A sangre fría. «No quiero que te apartes de mí» tiene mucho de La Tregua de Mario Benedetti, y lo reconozco abiertamente. No es una copia, pero tiene guiños en el formato y también con El niño que enloqueció de amor de Eduardo Barrios, ése es un librazo. Martín Rivas también es otro librazo, podríamos estar hablando todo el día de esto.

Libros que son trascendentales no solo para la literatura chilena, sino universal. Y eso es debatible, recordando que el cánon literario tiene cierta cantidad y tipo de libros. El libro del Tachuela Grande, la literatura feminista, la literatura indígena para el cánon es literatura periférica, está a un costado, no es literatura a secas. La literatura infantil también lo era, y han tenido que abrirse, darse cuenta de que existen otras instancias como el libro-álbum, la novela ligera, las ilustraciones, etc.

Se me olvidó mencionarlo, hace poco compré el libro El diario de un solo 2, el primero lo leí en la Biblioteca del colegio. Es de Catalina Bu, es una novela gráfica de un tipo que le van pasando cosas tan cotidianas y tú al verlo dices «es un libro súper sencillo», tiene muy pocas páginas, pero es una forma de expresar algo totalmente distinto y que a la gente le gusta porque va en su 5° edición. Otro parecido es el Gay Gigante, que es de la misma temática aunque con diferentes problemáticas, pero hay algo que decir.

Los jóvenes tenemos algo que decir y tenemos otra forma de enfrentar la literatura porque los tiempos no son los mismos.

11. ¿Hay alguna receta para sobrevivir a estudiar, trabajar y escribir a la vez?

Alonso Garay en una publicación

Una, ser un loco. Loco porque no es solo tu tiempo, también es tu dinero. Yo invertí gran parte de mi sueldo en esto, ahorrando podría hasta tener mi casa. He gastado el dinero en estudios, pero yo lo veo de otra forma. Yo tengo compañeros que han hecho lo que te acabo de decir, que no han privilegiado lo otro.

Yo tengo la fortuna de ser soltero, porque si tuviera hijos a lo mejor mi panorama sería muy distinto. Tendría que dedicarme a otras cosas o no podría dedicar esa plata en esto. Yo siempre he pensado que voy a estudiar hasta los 30 años y después descansaré, ahí tendré la pega hecha. Yo sé que el tiempo pasa. Tengo compañeros que tienen casa, auto, algunos sin tener familia todavía, pero ya no pueden estudiar porque no tienen tantas ganas o porque si pagan eso se verán muy restringidos. Son decisiones.

Yo creo que en la vida hay que ser perseverante y loco, es la única receta. Eso sí, no es algo que quiera hacer toda mi vida. Lo hice, me siento muy cansado, este año quiero terminar de perfeccionar mi inglés, hacer un curso de líderes católicos al que todos los años me invitan y nunca puedo ir, ya terminaría el Magister. Me quiero relajar, ya tengo la satisfacción de que tengo lo otro listo, que ya no soy solamente un profesor, soy un Magister y eso me puede ofrecer mejores oportunidades de las que ya he tenido.

También, quizás académicamente no es tan grande, pero uno se siente personalmente mucho más capaz cuando tiene estos desafíos o metas y las cumple

Totalmente, uno las hace por gusto y no por obligación, uno las hace porque son cosas que te mueven el corazón. Cuando hay algo que te mueva el corazón, no hay nada que te pueda detener, el corazón habla por sí solo, el corazón te aprieta, te llama, te busca. Es como cuando te gusta alguien, es lo mismo, cuando la ves cerca, tu corazón se empieza a mover solo. O sientes una sensación que no te producen otras cosas, esto es lo mismo pero con tus satisfacciones o tus sueños.

El amor propio no solo nace de querer a otra persona, al contrario. El amor se manifiesta de distintas maneras, en la familia, en los amigos, en una mujer, o un hombre en estos tiempos, pero también en lo que tú haces, también hay amor en lo que uno hace porque si no existiera, no podrías. Como decían las Chicas Superpoderosas: «el amor hace al mundo girar«, una canción que tenían y que todavía me da vueltas, es pegajosa y es verdad.

Para cerrar, un saludo a todos los amigos que están viendo (o leyendo) esta entrevista. Como consejo, independiente del área que te guste, nunca hay que bajar los brazos. Es una palabra muy repetitiva, pero que nunca te digan que «no se puede«, porque a mí me lo dijeron siempre, siempre, hasta mi familia, y no los juzgo porque lo encuentro legítimo porque la familia se preocupa de que no gastes más plata, de que estés bien… pero que nunca te digan que no se puede.

Alonso con el libro soñado

Esto lo aprendí viendo Rocky, y este consejo también se lo doy a los alumnos. Creed, en la última película donde Rocky sale con el hijo de Apollo Creed, Rocky le dice en la última parte del entrenamiento: «Mírate frente a un espejo«. El hijo de Apollo se mira frente al espejo. Rocky le pregunta, «¿qué ves ahí?«, Creed dice «a mí me veo«. Y sabiamente, Rocky le dice «ése es tu único rival en la vida«. ¡Tú mismo!

Muchas de las cosas que uno no hace o no cumple, todas, son por culpa de uno. Por último hay que quedarse con el «lo intenté«, «me la jugué«, «fui, pregunté«, «pagué, no resultó«. A veces no resulta, da lata que no resulten las cosas pero uno quedó con el hacer, con jugársela, porque no hay nada más terrible que llevarse algo en el corazón que uno nunca pudo hacer, y ya no hubo tiempo para hacerlo. ¡Saludos para todos!

COMENTARIOS FINALES

Ha sido una entrevista muy larga, pero también muy entretenida. ¡50 minutos de conversación! No siempre uno tiene la posibilidad de hablar tanto con alguien ni tampoco de tocar tantos temas diferentes. De verdad, yo espero que alguien la lea completa, que la disfruten, que aprendan cosas novedosas, sobre todo lo último de ser perseverante y luchar por lo que uno quiere hacer, ¡esa es la filosofía mía y por eso existe este blog también!

También debo decir que terminé de leer los dos libros de Alonso, ambos son muy amenos y fáciles de leer, así que se los recomiendo 🙂

Ariel Cruz Pizarro

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3 pensamientos en “Entrevista Alonso Garay, Escritor y Profesor de Lenguaje Instituto Nacional

  1. Es mi profesor durante este año, la verdad que a pesar de ser muy exigente, se le nota que se preocupa por nosotros y quiere que aprendamos. Pese a ser exigente, es muy simpático y esmerado en su trabajo. Un muy buen Profe.
    – Vicente Arellano 1°P 2018

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